Le decía la novia al novio: — Mi amor, hoy no podemos hacer nada porque mis padres dejaron a Jaimito y se puede dar cuenta.
Mi vida, con las ganas que te tengo ya se me ocurrirá algo. Al rato, el tipo le dice a Jaimito: — Jaimito, vamos a jugar un jueguito, donde te puedes ganar unos pesitos.
¿Y cómo es eso cuñado? — Bueno, te vas para el balcón y por cada persona vestida de negro que tu veas,... yo te doy cinco mil pesos, pero eso si, me gritas desde allá para yo llevarte la cuenta desde acá.
Listo, cuñado. Jaimito se va para el balcón, y el novio y la hermana se quedan en el cuarto.
Al rato grita Jaimito: Cuñado, va una vieja vestida de negro. — Ok, Jaimito, ya tienes 5 mil pesos.
Cuñado, por allá va un roquero vestido de negro. — Ok, Jaimito, ya llevas 10 mil pesos.
Cuñado, esa clavada que le está pegando a mi hermana le va a salir cara, porque allá viene un entierro.
Mi vida, con las ganas que te tengo ya se me ocurrirá algo. Al rato, el tipo le dice a Jaimito: — Jaimito, vamos a jugar un jueguito, donde te puedes ganar unos pesitos.
¿Y cómo es eso cuñado? — Bueno, te vas para el balcón y por cada persona vestida de negro que tu veas,... yo te doy cinco mil pesos, pero eso si, me gritas desde allá para yo llevarte la cuenta desde acá.
Listo, cuñado. Jaimito se va para el balcón, y el novio y la hermana se quedan en el cuarto.
Al rato grita Jaimito: Cuñado, va una vieja vestida de negro. — Ok, Jaimito, ya tienes 5 mil pesos.
Cuñado, por allá va un roquero vestido de negro. — Ok, Jaimito, ya llevas 10 mil pesos.
Cuñado, esa clavada que le está pegando a mi hermana le va a salir cara, porque allá viene un entierro.