Responder al tema

Al Twingo hay que tenerlo para disfrutar de sus bondades y su particular e ingenioso diseño...yo tuve dos y los quise muchísimo, pese a su "durección resisitida", sus soportes que poco soportan, su radiador de plástico que se rompe en pedazos, su "avioncito" fallador y a que con justicia le digan "el carro del millón" (cualquier entrada al taller es de mínimo un millón de pesos).


El dia a dia es distinto a bordo de un Twingo, es un carro que no se parece a ningún otro