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Igual, son épocas.


Ahora somos más conscientes del delgado límite que separa la violencia de la "corrección palmípeda" (como decía un difunto amigo:))


A mi me dieron con el cable de la plancha triple enrollado, chancla de caucho y regla en la mano (no solo en la casa, sino que lo poco que se multiplicar, se lo debo a la profe Elvirita) y ni me convertí en psicópata, ni me atrofiaron, ni hago lo mismo con los niños.


Y va para el otro lado también, cada vez más son los niños y niñas irrespetuosos (y todo a lo que eso conlleva) que hacen lo que se les da la gana porque ya nadie se atreve a corregirlos ni menos a educarlos.