A propósito de seguros:
Alerta por aumento de casos de fraude con vehículos
Laura Duperret
Bogotá. Según un sondeo de las aseguradoras, el engaño puede ascender a 30 por ciento de los siniestros pagados cada año en el ramo.
El gerente nacional de autos y Soat de Liberty, Henry McAllister, afirma que las estadísticas muestran que entre 25 y 30 por ciento del valor de los siniestros pagados en este ramo corresponde a estafas. Si se tienen en cuenta que hasta septiembre las aseguradoras han cancelado 749.899 millones de pesos, entre 187.474 millones y 224.969 millones de pesos han ido a parar a los bolsillos de profesionales del hurto.
El presidente de Colseguros, Francis Desmasez, sostiene que en la empresa el fraude representa cerca de 15 por ciento de los siniestros pagados en todos los ramos. “En 2007 y en 2008 las estafas subieron, en especial, en autos livianos y pesados. Los casos más frecuentes son el auto robo y la suplantación”, añade.
En Suramericana, así como en todas las compañías, se adelantan procesos para prevenir los desfalcos en todos los ramos. Al 30 de septiembre, la compañía ha detectado fraudes con pretensiones cercanas a 7.000 millones de pesos y en las figuras en que se registra el mayor número es en automóviles, incendio y vida.
En cuestión de trampas no se salva nadie. Las autoridades están tras la pista de las mismas firmas proveedoras de servicios de investigación de las compañías de seguros. Además, están haciendo averiguaciones en el sector público, donde las pólizas por supuestos robos pueden superar los 3.000 millones de pesos.
Préstamo del Soat
Una de las modalidades de fraude de Soat es prestar la póliza, en especial, entre motociclistas, por lo que el seguro ampara accidentes que no le corresponden. El préstamo puede ser por solidaridad o por negocio: cobran cerca de 50.000 pesos por el servicio. Pero nada de esto se comprara con una clínica conocida de la Costa Atlántica que factura procedimientos que no ha realizado y medicamentos que no ha comprado. Lo más insólito: lleva a cabo procedimientos quirúrgicos que el paciente no necesita. Todo con el fin de cobrar a la aseguradora los gastos que cubre el Soat en caso de accidentes de tránsito.
En vida se presentan los más sórdidos
Ya se conocen situaciones donde bandas engañan y aseguran indigentes, para luego asesinarlos para cobrar la póliza. En la actualidad, se investigan un par de casos. Uno de ellos relacionado con una persona de medianos ingresos, dueña de dos seguros de vida que al morir dejó una esposa con buen dinero. Al poco tiempo hubo indicios de que vieron al asegurado después de muerto. Tras hacer la exhumación, piedras fueron encontradas en vez del cuerpo en descomposición. Al parecer, hay más casos similares realizados por el mismo grupo de delincuentes. También están detrás del caso de un hombre que mató a los dos familiares beneficiarios de su póliza para cobrar el dinero.
Transporte y tractomulas robadas
Uno de los casos bajo investigación es el de un grupo de personas que traen tractomulas robadas en Venezuela. Este no es trabajo de principiantes, ya que deben pasar la frontera para luego ser nacionalizadas y matriculadas. El gran delito está en la Secretaría de Tránsito, en donde se matriculan los vehículos. Pero ahí no termina el asunto, dado que las tractomulas quedan con documentación legal, prestando servicios. Luego de un tiempo desaparecen y así los autores del fraude cobran las pólizas. Un seguro todo riesgo puede dar hasta 300 millones de pesos por estos vehículos.
Bandas organizadas
Los fraudes relacionados con la venta de partes y robo de autos son realizados por bandas organizadas y sus líderes no son de bajos ingresos: son profesionales del hurto. También existen casos donde la persona hace el “torcido” sin ayuda: Aníbal, después de pasar por problemas económicos, pensó que le había dejado “muchas primas” a la aseguradora de su vehículo, por lo que le pareció adecuado sacar de ahí una platica. Le pidió a un amigo que denunciara que aquel le había prestado el carro y que se lo habían robado. Con la denuncia, el autor del fraude fue a la aseguradora, la cual le pagó 30 millones de pesos. Al hacer las investigaciones, se descubrió que el carro había salido de las manos de Aníbal cinco meses antes de la denuncia.