Después de poco más de tres años logré romper el récord otra vez, pues han pasado desde entonces aparatos muy rápidos, pero no las condiciones para pisarle en circunstancias realmente seguras en las que no me ponga en riesgo ni ponga en peligro a nadie más.
Pero la semana pasada todo se dio: poco más de dos kilómetros libres solo para acelerar, visibilidad perfecta, clima perfecto, nada ni nadie alrededor, vía prácticamente perfecta y un R8 Spyder pidiendo zapato, con el motor despegado y las llantas previamente revisadas.
Modo Dynamic, Launch Control a 4,500 y dejar que se coma los cambios solito a casi 9,000 rpm. Pasados los dos kilómetros marcó 281. Seguía subiendo a buen ritmo pero ya era momento de frenar. El carro la verdad es que asumió impecablemente esa velocidad, no se sintió flotando y los frenos no se vieron nada forzados. Y el sonido del V10 a tope, eso fue lo más bonito.
A ver si tendrán que pasar otros tres años para subir de ahí.