La Compañía Colombiana Automotriz en más de 50 años de ensamble, ha tenido sus momentos críticos como lo ocurrido hace 30 años cuando estaba prácticamente en la quiebra, e irónicamente el Fiat 147 era uno de los carros más vendidos y el Fiat 131 5V era muy popular en su gama, Salomón Kassim se hizo cargo de las enormes pero la situación no mejoraba y los bancos se quedaron con gran parte de las acciones de la empresa. En 1983 decidieron vender otra gran parte de las acciones de la compañía a Mazda, y eso causo quejas por parte de Sofasa y Colmotores ante el gobierno, pues pensaban que la empresa japonesa lograría precios muy bajos con lo que iban a hacer competencia desleal a las otras ensambladoras, y aunque eso no paso, si se evidencio que lo que producían hasta entonces eran carros muy vetustos mientras Mazda ofrecía carros muy modernos aunque la calidad al principio no era muy buena que digamos (ver prueba al 323 entre 1984 y 1985 en la Revista Motor).
Luego vendría una gran etapa de la CCA, cuando llego a la presidencia de la compañía José Fernando Isaza en 1988, se sanearon las finanzas, se gano más participación en el mercado para llegar a ser la segunda marca más vendida; posición que mantendría hasta principios de la década pasada incluso con apertura económica a los carros importados, se hizo un acuerdo con Mitsubishi para ensamblar en Montero en 1989, se aprovecharon la sinergias con Ford para producir algunos modelos como el Laser y la camioneta Ranger y se realizo un gran ejemplo de responsabilidad social empresarial con la Fundación Mazda. A partir del 2004 el enfoque de Mazda cambiaria de ser una marca de nicho con la descontinuación del veterano y popular Mazda 323 cuyo reemplazo, el Mazda Demio, fue un fracaso en ventas, a partir de ese año la marca paulatinamente fue perdiendo su participación en el mercado.
En el 2006 Isaza es reemplazado por Fabio Sánchez en la presidencia de la CCA, el 2007 fue el último buen año de la ensambladora, se produjeron entre Mazda, Ford y Mitsubishi unas 40.000 unidades, más del 50% fue para los mercados de exportación; Venezuela principalmente, pero a finales de año comenzaron los problemas con el cierre de importaciones de ese mercado, la recesión económica de 2008 y 2009, la fuerte competencia de los carros importados por la apreciación del peso y para completar las cosas Ecuador también toma represalias comerciales contra Colombia en el 2009 y parte de 2010. Hasta el 2011, la CCA en conjunto tenia un 5% de participación en el mercado, pero este año que esta a punto de terminar se puede decir que ha sido particularmente regular, muchos de sus modelos como la BT-50 y el Mazda 2 sedán; este último importado de Tailandia, no se pudieron ofrecer por algunos meses por los problemas de disponibilidad de CBU y CKD por las inundaciones del país mencionado, sumado a otros problemas provenientes un año antes por el Tsunami en Japón, se acabaron los contratos con Ford y Mitsubishi, y la apertura de la planta en México, que comienza a producir el Mazda 2 y 3 en el último trimestre, dejan a la CCA con una gran incertidumbre sobre su futuro, pese a que la empresa da ganancias aunque muy lejos de las del año fiscal 2007.
¿Que va a pasar con la CCA?
Es una pregunta muy difícil de responder en el momento pero abre varias opciones:
1. Continuar con el ensamble solo a nivel local de varios de los modelos: es un esquema viable si Mazda tuviera una participación más alta en el mercado y se superan las 15.000 unidades producidas por año; hoy no pasan de 10.000, además que comprarle el CKD a México podría ser una ventaja frente a su fuente actual que es Japón.
2. Dedicarse a ensamblar la BT-50 y exportarla a otros mercados: esa seria la opción más viable, pero suponiendo que Colombia consumiera 5.000 camionetas (tomando el mejor año en ventas de la pick up que fue 2010), y los demás mercados de exportación; incluyendo México, consumieran otra cantidad similar, todavía existiría una subutilización de la planta, además Ecuador sin duda también va a ensamblarla y ellos con solo ese modelo hace 8.000 camionetas por año, si Mazda acabara el acuerdo de ensamble con la empresa Ecuatoriana Maresa, la CCA a punta de BT-50 lograría producir más de 15.000 unidades y ahí si valdría la pena esa opción.
3. Dejar de ensamblar la marca Mazda y reemplazarla por otra marca: esta es otra opción realista, pero el problema es que necesitan realizar un acuerdo con una marca bien reconocida, que de preferencia logre utilizar toda la capacidad instalada de la planta, que tenga una gran oferta de modelos; sobretodo en la gama baja, y que sea preferiblemente una marca reconocida, y si se puede, que no tenga planta en Brasil y México.
4. Dedicarse a hacer motores y partes para la planta en México: es una buena idea, pero no creo que seamos lo suficientemente competitivos para hacer tal sinergia.
5. Cerrar la planta: la opción más probable, y no quiero que se vaya a hacer realidad, porque es muy triste que se pierdan tantos empleos directos e indirectos, como por ejemplo la empresa de vidrios Saint Gobain que es uno de los proveedores más importantes de la CCA.