La mayoría tiene un concepto equivocado de la importancia y necesidad de un seguro. El carro es lo de menos. Lo realmente importante y lo que vale de una póliza es el cubrimiento de la responsabilidad civil generada por daños a terceros.
Las pretenciones económicas en una demanda no serán iguales contra el dueño de un Ferrari que si el daño lo hace el dueño de un Logan o Sail que aparte, compró el carro empeñado a un banco.
Ante una posible demanda, al dueño de un Ferrari lo que le importa es proteger el patrimonio que va más allá del valor del carro. Lo mismo sucede con buses y camiones que individualmente pueden valer facilmente más de $400 millones pero cuyos dueños tienen flotas de varios vehículos cuyo patrimonio total es el que se pone en riesgo cuando uno de sus carros provoca daños a terceros.
Mejor dicho, el que tiene para comprar ese Ferrari tiene mucho más, tanto como para no preocuparse por gastos menores como el valor de la póliza de seguro.
Las pretenciones económicas en una demanda no serán iguales contra el dueño de un Ferrari que si el daño lo hace el dueño de un Logan o Sail que aparte, compró el carro empeñado a un banco.
Ante una posible demanda, al dueño de un Ferrari lo que le importa es proteger el patrimonio que va más allá del valor del carro. Lo mismo sucede con buses y camiones que individualmente pueden valer facilmente más de $400 millones pero cuyos dueños tienen flotas de varios vehículos cuyo patrimonio total es el que se pone en riesgo cuando uno de sus carros provoca daños a terceros.
Mejor dicho, el que tiene para comprar ese Ferrari tiene mucho más, tanto como para no preocuparse por gastos menores como el valor de la póliza de seguro.