Hace poco tuve un Saxo VTS 16V, año 2000. Antes de comprarlo le tenía "miedito" por la fama de los repuestos y confiabilidad de Citroën, sumado a la pata que usualmente le dan a estos Saxo, pero afortunadamente me fue bien. Lo más importante a revisarles (que es parte de la estructura) es el eje trasero: tiene unos rodamientos que cuando se desgastan empiezan a hacer de las suyas, los síntomas siendo que el carro no dé alineación. En un taller que los conozcan el diagnóstico es fácil de hacer.
Cuando compré el mío se le cuadró todo el eje trasero, cambiando todos los rodamientos, bujes y hasta pastillas y líquido de frenos, y también se le hicieron varias cosas más (retenes, guardapolvos, un pasador del selector de cambios, entre otros). Todo eso, con mano de obra fueron como 3 millones. Más adelante empecé a notar que se estaba subiendo la temperatura del agua más de lo normal y encontramos que algún genio le había quitado el termostato en algún momento de su vida
se le volvió a poner, por prevención se cambió empaque de culata y listo. Aquí en Bogotá siempre encontré los repuestos que necesité y la verdad no se me hicieron caros.
En cuanto a consumo, era bastante "sensible" a las condiciones: solo ciudad, con mucho tráfico y usando el aire acondicionado ocasionalmente (y pie derecho de desquite cuando se podía), alcancé a medirle como 28 km/g. En carretera, dándole pata, llegó como hasta 39 km/g.
Sonará obvio, pero un peritaje a fondo en un taller donde los conozcan le puede quitar muchas dudas y si pide una cotización de cuánto costarían los arreglos que allí vean que se deben hacer le darán una idea más clara del panorama. Si lo quiere conservar y disfrutar, busque uno lo mejor conservado y menos toreado posible. Estando en buen estado, es un juguetazo, de los carros más divertidos que he manejado y siendo fiel al concepto de un hot hatch, es decir, práctico y cómodo hasta para el diario.