Aquí voy a compartir con ustedes los viajes que he hecho y puedo recomendar. Colombia es un país maravilloso, lleno de contrastes y muy poco conocido por la gran mayoría de los colombianos. Muchos conocen más destinos en el exterior que del interior. Para conocer un país es necesario viajar por sus carreteras y hoy, gracias a la seguridad que nos brinda nuestro ejército esto es posible sin mayores inconvenientes y de no ser por algunos tramos de las vías que necesitan mantenimiento y reparación, el viaje siempre será placentero, hay que manejar con prudencia. Sin embargo, la presencia del estado se nota cada vez más en todo sentido, pues a este respecto, hay que reconocer que hoy contamos con más y mejores carreteras.
Soy uno de los afortunados que ha podido disfrutar viajando por algunos de los sitios más bellos de nuestra querida Colombia y cuento con que mi esposa y mis dos hijos son igualmente entusiastas. Quiero compartir con ustedes lo referente al último viaje que hicimos en el trayecto Cartagena – Antioquia (Medellín, y municipios aledaños) – Cartagena.
Salimos de Cartagena a eso de las 4:00 a.m. vía Membrillal – Gambote; en este último se destaca la gran cantidad de agua, y vegetación que hay en la ciénaga brindandonos un hermoso paisaje. Luego seguimos hasta un punto llamado “la cruz del viso”, en donde se puede tomar rumbo a El carmen de Bolívar o hacia San Onofre, que es la vía tradicional para llegar a Medellín, pasando por Toluviejo, Sincelejo, Sampués, Planeta Rica y llegamos a Caucasia. Hasta allí, encontramos por lo menos 4 retenes militares y policiales, con personas amables prestas a ayudar a los viajeros en cualquier situación. Adicionalmente entre uno y otro, constante patrullaje de policías de carretera motorizados. Gracias a ellos, se respira un ambiente de verdadera tranquilidad. En este punto hemos pasado sobre el río cauca en 3 ocasiones, y a partir de aquí, el panorama comienza a cambiar, seguimos hacia Tarazá, Puerto Valdivia, Valdivia y comenzamos una subida constante que poco a poco va siendo más empinada con una cantidad de los llamados “chorritos” de agua natural que desciende de la montaña y que es encausada en mangueras que desembocan al borde de la carretera, hasta llegar al punto conocido como el alto de ventanas. Allí, dependiendo del clima y la hora es muy común encontrar una espesa niebla que obliga a extremar las medidas de precaución. Seguido de un ligero descenso, llegamos a Yarumal, punto obligado de parada para degustar las primeras comidas típicas paisas como la arepa de choclo, fríjoles, chicharrón y el más fresco quesito amasao. Seguimos subiendo hasta Santa Rosa de Osos que es la ciudad más alta de este trayecto (2.700 mt), y luego un constante descenso hasta llegar a Medellín. En esta ciudad hay de todo por hacer, la comida, muy variada para todos los gustos, pero para los que vamos buscando lo típico de cada lugar, se puede subir vía las Palmas hacia Rionegro y encontrar muchos buenos lugares en donde comer. Particularmente me gustó mucho uno llamado Sancho Paisa. Luego puede seguir para Rionegro, La Ceja, Llano Grande, etc. Es necesario dedicar tiempo para conocer bien cada lugar. La belleza de los pueblos Antioqueños y la calidez de su gente obliga a viajar por ellos. En la conocida vuelta de oriente, visitamos sitios hermosos como Santa Fé de Antioquia, El Peñol y Guatapé. Hay un embalse de de aproximadamente 65 km. que abastece a Medellín y municipios aledaños. Toda esta belleza es fácilmente divisable desde lo alto de “la piedra” en el peñol. Hasta allí se llega luego de superar unas escaleras de 670 escalones aproximadamente, pero una vez arriba, bien vale la pena la recompensa. Este circuito descrito puede hacerse fácilmente en 1 día.
En otro trayecto, se puede hacer un recorrido vía caldas, saliendo por la parte sur de Medellín para conocer otras poblaciones no menos bellas y agradables. Luego de pasar por Amagá, encontramos la entrada de un pueblo muy tradicional aunque tal vez menos conocido llamado Titiribí. Allá se llega luego de por lo menos 20 minutos de desvío de las carretera principal subiendo por una carretera estrecha pero en buen estado. Desde la parte más alta de dicha carretera se puede apreciar completamente el pueblo construido en la falda de una montaña. Al llegar a la plaza nos encontramos con edificaciones antiguas en las que se destacan la alcaldía y la iglesia. Todo el entorno es de lo más típico que uno puede encontrar en un pueblo Antioqueño.
Continuando con el viaje, pasamos por Bolombolo, sitio obligado para detenerse a degustar los deliciosos jugos de frutas naturales, y se destacan los de tamarindo y mandarina.
Seguimos bajando y pasamos por varias poblaciones de las cuales se destaca Andes, por el gran movimiento de mercadeo que tiene hasta llegar a Jardín, hermoso lugar que hace gala a su nombre. Pueblo típico Antioqueño muy colorido y con gente muy amable. Allí tuve la oportunidad de degustar las mejores y más frescas truchas que he comido. En cada truchera se tiene la posibilidad de pescar su propia trucha y luego se la preparan como más le guste. En la noche, la plaza tiene mucho movimiento, en fin de semana gente del pueblo y visitantes se reúnen para departir un rato con buena música y buen aguardiente.
Antioquia es otro destino de nuestro hermoso país que vale la pena visitar.
Soy uno de los afortunados que ha podido disfrutar viajando por algunos de los sitios más bellos de nuestra querida Colombia y cuento con que mi esposa y mis dos hijos son igualmente entusiastas. Quiero compartir con ustedes lo referente al último viaje que hicimos en el trayecto Cartagena – Antioquia (Medellín, y municipios aledaños) – Cartagena.
Salimos de Cartagena a eso de las 4:00 a.m. vía Membrillal – Gambote; en este último se destaca la gran cantidad de agua, y vegetación que hay en la ciénaga brindandonos un hermoso paisaje. Luego seguimos hasta un punto llamado “la cruz del viso”, en donde se puede tomar rumbo a El carmen de Bolívar o hacia San Onofre, que es la vía tradicional para llegar a Medellín, pasando por Toluviejo, Sincelejo, Sampués, Planeta Rica y llegamos a Caucasia. Hasta allí, encontramos por lo menos 4 retenes militares y policiales, con personas amables prestas a ayudar a los viajeros en cualquier situación. Adicionalmente entre uno y otro, constante patrullaje de policías de carretera motorizados. Gracias a ellos, se respira un ambiente de verdadera tranquilidad. En este punto hemos pasado sobre el río cauca en 3 ocasiones, y a partir de aquí, el panorama comienza a cambiar, seguimos hacia Tarazá, Puerto Valdivia, Valdivia y comenzamos una subida constante que poco a poco va siendo más empinada con una cantidad de los llamados “chorritos” de agua natural que desciende de la montaña y que es encausada en mangueras que desembocan al borde de la carretera, hasta llegar al punto conocido como el alto de ventanas. Allí, dependiendo del clima y la hora es muy común encontrar una espesa niebla que obliga a extremar las medidas de precaución. Seguido de un ligero descenso, llegamos a Yarumal, punto obligado de parada para degustar las primeras comidas típicas paisas como la arepa de choclo, fríjoles, chicharrón y el más fresco quesito amasao. Seguimos subiendo hasta Santa Rosa de Osos que es la ciudad más alta de este trayecto (2.700 mt), y luego un constante descenso hasta llegar a Medellín. En esta ciudad hay de todo por hacer, la comida, muy variada para todos los gustos, pero para los que vamos buscando lo típico de cada lugar, se puede subir vía las Palmas hacia Rionegro y encontrar muchos buenos lugares en donde comer. Particularmente me gustó mucho uno llamado Sancho Paisa. Luego puede seguir para Rionegro, La Ceja, Llano Grande, etc. Es necesario dedicar tiempo para conocer bien cada lugar. La belleza de los pueblos Antioqueños y la calidez de su gente obliga a viajar por ellos. En la conocida vuelta de oriente, visitamos sitios hermosos como Santa Fé de Antioquia, El Peñol y Guatapé. Hay un embalse de de aproximadamente 65 km. que abastece a Medellín y municipios aledaños. Toda esta belleza es fácilmente divisable desde lo alto de “la piedra” en el peñol. Hasta allí se llega luego de superar unas escaleras de 670 escalones aproximadamente, pero una vez arriba, bien vale la pena la recompensa. Este circuito descrito puede hacerse fácilmente en 1 día.
En otro trayecto, se puede hacer un recorrido vía caldas, saliendo por la parte sur de Medellín para conocer otras poblaciones no menos bellas y agradables. Luego de pasar por Amagá, encontramos la entrada de un pueblo muy tradicional aunque tal vez menos conocido llamado Titiribí. Allá se llega luego de por lo menos 20 minutos de desvío de las carretera principal subiendo por una carretera estrecha pero en buen estado. Desde la parte más alta de dicha carretera se puede apreciar completamente el pueblo construido en la falda de una montaña. Al llegar a la plaza nos encontramos con edificaciones antiguas en las que se destacan la alcaldía y la iglesia. Todo el entorno es de lo más típico que uno puede encontrar en un pueblo Antioqueño.
Continuando con el viaje, pasamos por Bolombolo, sitio obligado para detenerse a degustar los deliciosos jugos de frutas naturales, y se destacan los de tamarindo y mandarina.
Seguimos bajando y pasamos por varias poblaciones de las cuales se destaca Andes, por el gran movimiento de mercadeo que tiene hasta llegar a Jardín, hermoso lugar que hace gala a su nombre. Pueblo típico Antioqueño muy colorido y con gente muy amable. Allí tuve la oportunidad de degustar las mejores y más frescas truchas que he comido. En cada truchera se tiene la posibilidad de pescar su propia trucha y luego se la preparan como más le guste. En la noche, la plaza tiene mucho movimiento, en fin de semana gente del pueblo y visitantes se reúnen para departir un rato con buena música y buen aguardiente.
Antioquia es otro destino de nuestro hermoso país que vale la pena visitar.