Destrozos en el Campín

Por una partida de desadaptados que siguen a los dos equipos, paga el resto de la afición que va al estadio a tratar de disfrutar del espectáculo... yo tenía ganas de ir, pero con los recientes antecedentes de violencia y desorden, preferí seguir el partido por radio y TV.

Orden, cero impunidad, control, conciencia, tolerancia con los adversarios, etc. Eso necesitamos para que podamos ir al estadio sin temor a morir en el intento.

¿Que? ¿Cuando? ¿Donde?


Sigo tan poco el futbol colombiano que poco me entero, pero aclaro, muchas de las personas (según la boleta que se pague) que asisten al estadio son calaña muy, pero muy distinta al resto de los habitantes de esta ciudad, por esa regla Transmilenio se estaría cayendo a pedazos, y se esta cayendo a pedazos pero en la parte donde no es responsabilidad de la gente, sino responsabilidad de los corruptos que contruyeron el sistema. Me consta aquello, en las épocas de "norte", deje de ir, pues, más que disfrutar el partido, uno esta es pendiente de que un ñero no lo empuje gradas abajo porque se le dió la gana, mientras respira en un humero de marihuana.

Como en toda parte se encuentra gente de todo tipo, civica y colaboradora, y aquella que aporta a que seamos todavía parte del tercer mundo.

Miedo me da el metro, pues si las losas de TM son una tronera, ni me quiero imaginar que pasará con un proyecto como este...¿Rieles de madera? ¿Metros usados de un fabricante chino desonocido ? ¿Túneles cayéndose encima de la gente mientras quienes se llevaron la plata requerida para hacerlo bien duermen tranquilos en sus palacios?



Saludos.............

Esas son conductas importadas de Argentina (como nos gusta todo lo de allá, no?) e Inglaterra. Hasta hace 15 o 20 años, las tales "barras bravas" ni se conocían en nuestro medio, pero llegó la TV internacional y mostró estos ejemplos que s econvirtiewron en un paseo parta toda suerte de adolescentes y adultos camorreros, que le hacen barra al equipo de su ciudad sin importar si pierde o gana, el caso es ir al estadio a gritar de principio a fin, caerle en gavilla a cualquier parroquiano del equipo contrario, apedrear monumentos, edificios y vehículos, ocultos por sus camisetas, custodiados por sus secuaces y amparados por la oscuridad de la noche. pero solitos, en sus colegios o en sus barrios, son mansas palomitas que se transforman en un fenómeno parecido al que se vive al volante d eun vehículo, además alentados por un sector d ela radio que s epelea la sintonía alentando a estos gamberros a cometer toda suerte d eactos vandálicos, a amedrentar al arbitro, al rival y a su hinchada con cánticos ofensivos y amagues de ataque físico.

pero lo que mas risa me da es el pobre equipo al que le hacen tantos vítores y puedo poner como ejemplo a cualquier comparsa del futbol colombiano, incluso a la selección nacional.

Una partida de iletrados, vendidos al mejor postor que "juegan" al futbol especulando, con toda suerte de artimañas, inventos y actos circenses mas parecidos a la triste lucha libre que al verdadero fútbol, ese que juegan los equipos de donde se importaron esos comportamientos estúpidos que hoy practican los hinchas de a peso de los equipos de este pais.

¿Cómo se reiran los hinchas de Boca o River viendo las "barras bravas" de Santa Fe, Millos, Nacional, cali, América, Pasto y Huila?

El futbol para los que lo practican, no para los que se lo roban y lo envilecen como los "idolos" de nuestra selección y equipitos de pipiripao