Abro este nuevo tema dado que el anterior era sobre la decisión de compra (Mercedes B200 Sport, Mini Cooper S Countryman o Ford Escape), y dado que ya decidí por el Mercedes y nos entregaron el carro hace una semana, lo que sigue entonces es contar la experiencia de usuario y conductor.
Lo primero que hay que decir, simplemente, es que me gusta mucho, muchísimo, la decisión tomada. De hecho haciendo un inventario de los puntos a favor, en jerarquía, el primero sin duda es la emisión baja (139-135) y el consumo tan bajo, a veces ridículo si se tiene en cuenta que es un motor turbo: en 230 km andados (100 en carretera, los demás en el inmamable tráfico de Bogotá en horas pico) ha consumido 7.9 l/100km, o sea 48 km/gl; y en carretera (los 100km de los que les hablo) hizo 6.5 l/100km, o sea 58 km/gl, incluyendo el trancón de la Cabaña Alpina un domingo y la entrada a Bogotá por la Autonorte. Hablo además de ridículos porque en tramos cortos (12km) en ciudad, un sábado en la mañana hizo 7.7 l/100km, que de verdad sorprende mucho.
Este es el principal punto a favor, primero por temas de responsabilidad ambiental, pero también porque no es precisamente un carro de juguete, diminuto e incómodo, es todo un Mercedes: potente (y mucho), amplío, cómodo, lleno de espacio interior y accesorios. La combinación es muy satisfactoria, de verdad.
Los otros puntos a favor son varios: todo está ubicado donde más conviene, el diseño de los accesorios es fantástico, y funciona como debe funcionar. También el diseño exterior me gusta mucho: ya estoy viejo para los coupe y me parecen aburridas las berlinas largas y bajas, les adjunto foto. Igual, la caja es fantástica: la maravilla del doble embrague no es exageración, de no ser porque me fijo en el tacómetro, sería imposible darse cuenta de cuándo entran los cambios.
El turbo aprieta, dicen, por encima de las 1.800 rpm, pero yo lo siento simplemente cuando piso el acelerador más allá del punto de resistencia y quedo pegado de la silla y un poco asustado, lo confieso, mientras retomo la calma y el control total del carro; y sorprendo también a los vecinos con el sonido del motor.
Insisto que en general, el carro me gusta. Fue una buena decisión, aunque aún no lo disfruto del todo porque esta semana ha tenido viaje atravesado y poco tiempo para leer los manuales (más de 450 páginas, así que aconsejo pedir vacaciones a quienes quieran comprar algo similar); espero sacarle el jugo en los días que vienen y seguirles contando mi experiencia.
Gracias a tiko, Diegocint, PPGSM, andcaif1, DG2008, M89 y rrueda, entre otros, que opinaron en el tema sobre la decisión de compra.
Lo primero que hay que decir, simplemente, es que me gusta mucho, muchísimo, la decisión tomada. De hecho haciendo un inventario de los puntos a favor, en jerarquía, el primero sin duda es la emisión baja (139-135) y el consumo tan bajo, a veces ridículo si se tiene en cuenta que es un motor turbo: en 230 km andados (100 en carretera, los demás en el inmamable tráfico de Bogotá en horas pico) ha consumido 7.9 l/100km, o sea 48 km/gl; y en carretera (los 100km de los que les hablo) hizo 6.5 l/100km, o sea 58 km/gl, incluyendo el trancón de la Cabaña Alpina un domingo y la entrada a Bogotá por la Autonorte. Hablo además de ridículos porque en tramos cortos (12km) en ciudad, un sábado en la mañana hizo 7.7 l/100km, que de verdad sorprende mucho.
Este es el principal punto a favor, primero por temas de responsabilidad ambiental, pero también porque no es precisamente un carro de juguete, diminuto e incómodo, es todo un Mercedes: potente (y mucho), amplío, cómodo, lleno de espacio interior y accesorios. La combinación es muy satisfactoria, de verdad.
Los otros puntos a favor son varios: todo está ubicado donde más conviene, el diseño de los accesorios es fantástico, y funciona como debe funcionar. También el diseño exterior me gusta mucho: ya estoy viejo para los coupe y me parecen aburridas las berlinas largas y bajas, les adjunto foto. Igual, la caja es fantástica: la maravilla del doble embrague no es exageración, de no ser porque me fijo en el tacómetro, sería imposible darse cuenta de cuándo entran los cambios.
El turbo aprieta, dicen, por encima de las 1.800 rpm, pero yo lo siento simplemente cuando piso el acelerador más allá del punto de resistencia y quedo pegado de la silla y un poco asustado, lo confieso, mientras retomo la calma y el control total del carro; y sorprendo también a los vecinos con el sonido del motor.
Insisto que en general, el carro me gusta. Fue una buena decisión, aunque aún no lo disfruto del todo porque esta semana ha tenido viaje atravesado y poco tiempo para leer los manuales (más de 450 páginas, así que aconsejo pedir vacaciones a quienes quieran comprar algo similar); espero sacarle el jugo en los días que vienen y seguirles contando mi experiencia.
Gracias a tiko, Diegocint, PPGSM, andcaif1, DG2008, M89 y rrueda, entre otros, que opinaron en el tema sobre la decisión de compra.