Esto es un trabajo para
@osc@r .
Chévere el tema porque tiene varias aristas para analizar. La primera de ellas es que en efecto los automóviles cada vez más se parecen a un computador con ruedas y desde luego eso lo hace vulnerable a ataques cibernéticos que pueden terminar incluso con graves consecuencias para los ocupantes y en general para cualquier persona. De manera que la preocupación hasta cierto modo es legítima.
Sin embargo, hay un punto fronterizo que es el derecho que tienen los fabricantes sobre su software (usualmente el famoso firmware, que es cualquier programa de computador embebido o insertado en un dispositivo como una ECU o la memoria interna de un teléfono celular) y el derecho que tienen los demás concurrentes al mercado como los
tuners y cualquier otro participante del llamado
aftermarket que también la posibilidad amparada por la libertad comercial y de empresa a desarrollar una industria derivada. Aunque en el artículo se publica la aclaración del gremio de los fabricantes, la historia del derecho comercial en USA muestra que no se suele tolerar ese tipo de restricciones e imposiciones basadas en consideraciones de "seguridad", por lo cual una medida que restrinja las posibilidades del
aftermarket se puede simplemente dejar sin efecto en la Corte Suprema de EEUU.
Adicionalmente, y en términos de propiedad intelectual, este caso me parece familiar con el conocido caso del jailbreak en los inicios del iPhone en el cual, entre otros argumentos (como que era necesario para eliminar el bloqueo del operador celular / apertura de bandas) se manifestó que el
firmware de estos dispositivos tenía tan sólo una minúscula parte de código y que el desbloqueo no afectaba una porción sustancial del mismo.
En conclusión no parece tener futuro la iniciativa aunque todo depende de como se organice la batalla legal entre los posibles afectados.