Delincuentes sacan provecho de las redes sociales en Internet
Colprensa
Medellin. Hace seis meses recibí un correo de una amiga donde decía que se había ido a Centroamérica y que en ese momento estaba en Antigua, Guatemala, sin un peso porque le habían robado su bolso.
Necesitaba 1.200 dólares para pagar el hotel, reponer su pasaporte, transportarse y comer. Me pidió que le enviara dinero. Me asusté por la situación y llamé a una amiga en común, a la que también le llegó el correo. De afán, recogimos 200 dólares.
A la par, le escribimos diciéndole que parte del dinero iba en camino. Al día siguiente recibí un correo de ella advirtiendo que lo del atraco era nada más y nada menos que alguien había robado su cuenta de correo electrónico y de Facebook (con todo y contraseñas) y los delincuentes estaban escribiéndole a toda su lista de direcciones pidiendo plata. El testimonio es una profesional que cayó en la trampa del robo electrónico, una modalidad de atraco que amenaza a la banca colombiana y a los clientes.
Y es que, además de la muy conocida clonación de tarjetas, se están generalizando otras modalidades de robo electrónico que conducen al mismo resultado: las cuentas de los usuarios acaban saqueadas por ladrones.
La primera, consiste en que hackers extraen los datos de los cuentahabientes mientras éstos realizan transacciones por Internet. La segunda tiene que ver con el envío de supuestos correos electrónicos en los que esta o aquella entidad bancaria le solicita al titular de la cuenta una actualización de datos. Y la última, quizá la más novedosa y dañina, es la conocida como el software malicioso (o Troyano), que se instala en el computador cuando se bajan programas inseguros o se aceptan los pantallazos que aparecen de un momento a otro. Lo que hace este virus es capturar toda la información que puede (claves de todo tipo, datos, información personal) y enviarla a la red de los delincuentes.
Y pese a las campañas constantes, muchas personas siguen cayendo en esta trampa. De acuerdo con datos de la Superintendencia Financiera, por fallas en transacciones por Internet se recibieron 686 quejas. A enero de 2009 el número llegaba a 79. En cuanto a las fallas de los cajeros electrónicos, en 2008 las quejas llegaron a 2.636.
Pero la defraudación es de doble vía. A la par de que los clientes se quedan sin su dinero cuando caen en las redes de los delincuentes, los bancos colombianos también caen porque están invirtiendo cientos de millones de dólares para blindar sus sistemas informáticos y adoptar la normativa establecida por la Superintendencia Financiera, según dice la Asociación Bancaria de Colombia.
El reto que enfrentan las entidades financieras consiste en lograr combatir las figuras cada vez más complejas que utilizan los ciberdelincuentes, asegura Augusto Restrepo Gómez, vicepresidente administrativo de Bancolombia, al tiempo que señala que el año pasado, 86 por ciento de las operaciones bancarias de esta entidad se realizaron fuera de las sucursales, lo que demuestra el crecimiento del número de operaciones por canales adicionales como el electrónico.
Por su parte Tatiana Nogales, responsable de Desarrollo Comercial del Bbva, señala que en este asunto la responsabilidad es compartida. Los bancos invierten en seguridad y el cliente no baja la guardia con los antivirus, las claves y el uso responsable de las transacciones.