Impunemente les "comparto" este artículo que me encontré en Semana.
¿Cómo conduzco?
Un periodista recopiló en un libro estudios y testimonios de expertos en tránsito vehicular para entender por qué la gente maneja tan mal.
Fecha: 08/16/2008 -1372
"Usted no está atrapado en un trancón. Usted es el trancón". Esta frase, que se puede leer en un aviso en las calles de Alemania, fue rescatada por Tom Vanderbilt en su libro Traffic, pues expone con sencillez la tesis de su obra: el comportamiento de los seres humanos a la hora de conducir es errático y si se tuviera que señalar a un responsable de las congestiones que a diario se forman en las horas pico, cada persona al volante tendría parte de la culpa.
Vanderbilt, un periodista de Nueva Jersey, habló con cientos de expertos en tránsito de diferentes ciudades del mundo, desde Londres hasta Nueva Delhi, para entender las lógicas de las vías donde a diario se encuentran miles de personas, unos como peatones, otros como ciclistas o motociclistas, y una mayoría como conductores de vehículos, que establecen dinámicas sociales todavía incomprensibles. ¿Por qué la gente se ofende tanto cuando un vehículo se le adelanta? ¿Por qué cuando se establece contacto visual es más fácil que un conductor vecino coopere y ceda el paso? ¿Por qué quien maneja prefiere cambiar de carril, si esto ocasiona el 10 por ciento de los estrellones y está estudiado que una persona que lo hace constantemente sólo economiza cuatro minutos en un viaje de una hora? Al responder estos interrogantes el autor llega a la conclusión de que los seres humanos manejan como idiotas -pese a que todos creen que sus habilidades para conducir están por encima del promedio-. Al hacerlo crean congestiones inimaginables, accidentes menores y colisiones fatales.
Una de las estupideces es comprar más carros. Las investigaciones muestran que cuando un hogar tiene más vehículos, no sólo incrementa el número de kilómetros por familia, sino que cada persona recorre más distancias. (Que lo diga Alejo ) "Y no sólo hay más carros, sino que están encontrando nuevos lugares a dónde llevarlos", escribe Vanderbilt. Los estudios revelan que en 1950 en Estados Unidos el 40 por ciento de la movilización diaria se daba para ir al trabajo. Hoy este motivo apenas da cuenta del 16 por ciento del tránsito. El resto de movilizaciones es por otras razones como recoger a los niños, ir a comer, tomar un café, visitar un almacén nuevo en el otro extremo de la ciudad, etcétera. No es raro entonces que las estadísticas señalen el sábado a la 1 de la tarde como el momento de mayor congestión vehicular, (!En Medellín eso es verídico! :evil: ) incluso más que las horas pico en días de trabajo.
Es cierto que cuando ocurre un accidente se obstaculiza un carril. Pero lo inaudito es encontrar que el 12,7 por ciento de los trancones en las vías son causados por los chismosos que al pasar por la colisión reducen la velocidad para poder ver el estrellón. (No solo en Colombia, vaya...) Las congestiones se incrementan cuando los conductores tratan de parquear el carro en un sitio que, además de gratis, esté cerca de su destino. (Eso pasa en los centros comerciales sobre todo, un idiota haciendo trancón hasta que le desocupen el parqueadero al lado del ascensor :evil: :evil: :evil: ) Lo absurdo es que esta búsqueda hace que el conductor demore mucho más en llegar a ese lugar, que otro que decide parquear inmediatamente aunque más lejos.
Otro problema que Vanderbilt señala es la falta de atención al volante, o "hipnosis de la autopista". Se estima que uno de cada cinco conductores se sume en lo que los expertos llaman "manejo sin conciencia": son aquellos que sin haber tomado un trago, se preguntan "¿cómo llegué aquí?" (a veces me pasa )Según datos del estudio más extenso sobre tránsito, realizado por Virginia Tech Transportation Institute, en Estados Unidos, el 80 por ciento de los accidentes y el 65 por ciento de las situaciones en que casi hubo una colisión se deben a que la atención de los conductores se dispersó por más de tres segundos antes del evento. Entre las fuentes de distracción más comunes están mirar una mujer bonita, ( :twisted: :twisted: :twisted: un grave problema en Medellín) buscar las gafas en la cartera, cambiar de emisora, (asi casi me estampo contra un Clío hace unos dias :evil: ) poner la canción preferida en el iPod, comer o tomar algo, enviar un mensaje por el celular o, como hacen muchas mujeres, peinarse y maquillarse en el carro.
Y aun si no están entretenidos con algún aparato, con frecuencia los conductores pecan por mirar y no ver, situación que los expertos llaman "ceguera no intencional". Después de escudriñar en la Federal Highway Administration, Vanderbilt encontró una investigación que buscaba ver qué sucedía si cambiaban la señal de 'Pare' por la de 'No estacionar', en una misma intersección, por un tiempo corto. Los automovilistas detuvieron el auto como si dicha orden aún estuviera vigente. "No ver es una de las causas por las cuales hay más colisiones de carros con motociclistas", dice Vanderbilt. Por eso las autoridades en Inglaterra llaman estos eventos "Smidsy" por "Sorry Mate. I Didn't See You". En español: "Lo siento, amigo, no te vi". (al que no le haya pasado, que tire la primera piedra )
Es precisamente por esa incapacidad de ver que las señales de tránsito muchas veces no tienen el efecto deseado. Aquellos avisos que advierten sobre niños jugando, rocas que caen o pasos peligrosos en la vía no han conseguido su objetivo, que es disminuir la velocidad. Un estudio que buscaba analizar lo que sucedía con las señales dispuestas en las carreteras del estado de Colorado para evitar que los venados fueran atropellados encontró que desde cuando fueron colocadas, ocurrieron muchas más colisiones de automóviles con estos animales que cuando no estaban, a pesar de que hubo un tránsito menor de venados. En Newfoundland hubo un caso aun más absurdo. Los turistas, atraídos por la señal que advertía sobre el peligro de colisionar con alces en la zona, paraban a tomarse fotos al lado del aviso, lo cual inmediatamente convertía la vía en un peligro de colisión mucho mayor que antes.
Pese a que los ingenieros consideran indispensables las señales de tránsito, el autor considera que "sólo sirven para que el gobierno se proteja de potenciales demandas, pero no para prevenir que un conductor se porte mal". Un ejemplo para los incrédulos es la luz verde para los peatones que se activa cuando el flujo vehicular de un sentido esta parado. Pero muchas veces esta vía libre permite simultáneamente el cruce de otros carros. Cada año muchos de ellos, creyendo que tienen la vía, son atropellados por conductores que pusieron poca atención a la señal. (cierto :shock: )
Vanderbilt entrevistó al holandés Hans Monderman, una autoridad en el tema, reconocido por su odio hacia las señales de tránsito, quien le confesó que la mejor manera de lograr un cambio de hábitos era dejar que el contexto de las calles le diera al conductor la información sobre cómo comportarse. En una pequeña villa holandesa donde las vías son estrechas y hay que interactuar a la fuerza con bicicletas y peatones para tener un pedazo de ella, los conductores son mucho más cautelosos y prestos a negociar. Por esa misma razón es menos peligroso un rond point que una intersección con semáforos. El australiano David Engwicht, otro especialista en la materia, señala que los mejores ingredientes para mejorar el tránsito son la intriga y la incertidumbre.
Esto lleva a otra idea polémica y es que las calles que parecen más seguras son las más peligrosas, y viceversa. Se ha encontrado que en las autopistas con carriles amplios, que en teoría buscan evitar que los autos colisionen entre sí, la accidentalidad aumenta porque esa sensación de tranquilidad hace que los conductores opriman el acelerador y asuman una conducta más riesgosa. Un camino sinuoso, al borde de un precipicio, por el contrario, obliga a cualquier conductor a ser más cuidadoso y disminuir la velocidad. Otro dato insólito: hay más muertes de peatones al cruzar por la cebra que cuando lo hacen por otros sitios de las vías. La explicación es que cuando la gente pasa por calles en donde el paso no está demarcado, tienden a mirar hacia ambos lados y caminan más rápido, mientras que por la cebra lo hacen más confiados, desprevenidos y con paso lento.
Como consuelo, Vanderbilt explica que desde los tiempos de Pompeya ha habido trancones y es de esperar que los siga habiendo. Lo interesante es ver que más que un problema de ingeniería, las calles recrean una serie de interacciones sociales y lo que este libro hace es volverlas más evidentes. Por eso, aunque Vanderbilt aconseja a los lectores analizar el comportamiento de las hormigas, uno de los ejemplos más asombrosos de cooperación para la movilización diaria en búsqueda de alimento de un ser vivo, lo ideal es que este libro se convirtiera en la 'Biblia' de toda persona que quiera lanzarse a la aventura diaria de la calle.
Si señor, muy certero :roll:
¿Cómo conduzco?
Un periodista recopiló en un libro estudios y testimonios de expertos en tránsito vehicular para entender por qué la gente maneja tan mal.
Fecha: 08/16/2008 -1372
"Usted no está atrapado en un trancón. Usted es el trancón". Esta frase, que se puede leer en un aviso en las calles de Alemania, fue rescatada por Tom Vanderbilt en su libro Traffic, pues expone con sencillez la tesis de su obra: el comportamiento de los seres humanos a la hora de conducir es errático y si se tuviera que señalar a un responsable de las congestiones que a diario se forman en las horas pico, cada persona al volante tendría parte de la culpa.
Vanderbilt, un periodista de Nueva Jersey, habló con cientos de expertos en tránsito de diferentes ciudades del mundo, desde Londres hasta Nueva Delhi, para entender las lógicas de las vías donde a diario se encuentran miles de personas, unos como peatones, otros como ciclistas o motociclistas, y una mayoría como conductores de vehículos, que establecen dinámicas sociales todavía incomprensibles. ¿Por qué la gente se ofende tanto cuando un vehículo se le adelanta? ¿Por qué cuando se establece contacto visual es más fácil que un conductor vecino coopere y ceda el paso? ¿Por qué quien maneja prefiere cambiar de carril, si esto ocasiona el 10 por ciento de los estrellones y está estudiado que una persona que lo hace constantemente sólo economiza cuatro minutos en un viaje de una hora? Al responder estos interrogantes el autor llega a la conclusión de que los seres humanos manejan como idiotas -pese a que todos creen que sus habilidades para conducir están por encima del promedio-. Al hacerlo crean congestiones inimaginables, accidentes menores y colisiones fatales.
Una de las estupideces es comprar más carros. Las investigaciones muestran que cuando un hogar tiene más vehículos, no sólo incrementa el número de kilómetros por familia, sino que cada persona recorre más distancias. (Que lo diga Alejo ) "Y no sólo hay más carros, sino que están encontrando nuevos lugares a dónde llevarlos", escribe Vanderbilt. Los estudios revelan que en 1950 en Estados Unidos el 40 por ciento de la movilización diaria se daba para ir al trabajo. Hoy este motivo apenas da cuenta del 16 por ciento del tránsito. El resto de movilizaciones es por otras razones como recoger a los niños, ir a comer, tomar un café, visitar un almacén nuevo en el otro extremo de la ciudad, etcétera. No es raro entonces que las estadísticas señalen el sábado a la 1 de la tarde como el momento de mayor congestión vehicular, (!En Medellín eso es verídico! :evil: ) incluso más que las horas pico en días de trabajo.
Es cierto que cuando ocurre un accidente se obstaculiza un carril. Pero lo inaudito es encontrar que el 12,7 por ciento de los trancones en las vías son causados por los chismosos que al pasar por la colisión reducen la velocidad para poder ver el estrellón. (No solo en Colombia, vaya...) Las congestiones se incrementan cuando los conductores tratan de parquear el carro en un sitio que, además de gratis, esté cerca de su destino. (Eso pasa en los centros comerciales sobre todo, un idiota haciendo trancón hasta que le desocupen el parqueadero al lado del ascensor :evil: :evil: :evil: ) Lo absurdo es que esta búsqueda hace que el conductor demore mucho más en llegar a ese lugar, que otro que decide parquear inmediatamente aunque más lejos.
Otro problema que Vanderbilt señala es la falta de atención al volante, o "hipnosis de la autopista". Se estima que uno de cada cinco conductores se sume en lo que los expertos llaman "manejo sin conciencia": son aquellos que sin haber tomado un trago, se preguntan "¿cómo llegué aquí?" (a veces me pasa )Según datos del estudio más extenso sobre tránsito, realizado por Virginia Tech Transportation Institute, en Estados Unidos, el 80 por ciento de los accidentes y el 65 por ciento de las situaciones en que casi hubo una colisión se deben a que la atención de los conductores se dispersó por más de tres segundos antes del evento. Entre las fuentes de distracción más comunes están mirar una mujer bonita, ( :twisted: :twisted: :twisted: un grave problema en Medellín) buscar las gafas en la cartera, cambiar de emisora, (asi casi me estampo contra un Clío hace unos dias :evil: ) poner la canción preferida en el iPod, comer o tomar algo, enviar un mensaje por el celular o, como hacen muchas mujeres, peinarse y maquillarse en el carro.
Y aun si no están entretenidos con algún aparato, con frecuencia los conductores pecan por mirar y no ver, situación que los expertos llaman "ceguera no intencional". Después de escudriñar en la Federal Highway Administration, Vanderbilt encontró una investigación que buscaba ver qué sucedía si cambiaban la señal de 'Pare' por la de 'No estacionar', en una misma intersección, por un tiempo corto. Los automovilistas detuvieron el auto como si dicha orden aún estuviera vigente. "No ver es una de las causas por las cuales hay más colisiones de carros con motociclistas", dice Vanderbilt. Por eso las autoridades en Inglaterra llaman estos eventos "Smidsy" por "Sorry Mate. I Didn't See You". En español: "Lo siento, amigo, no te vi". (al que no le haya pasado, que tire la primera piedra )
Es precisamente por esa incapacidad de ver que las señales de tránsito muchas veces no tienen el efecto deseado. Aquellos avisos que advierten sobre niños jugando, rocas que caen o pasos peligrosos en la vía no han conseguido su objetivo, que es disminuir la velocidad. Un estudio que buscaba analizar lo que sucedía con las señales dispuestas en las carreteras del estado de Colorado para evitar que los venados fueran atropellados encontró que desde cuando fueron colocadas, ocurrieron muchas más colisiones de automóviles con estos animales que cuando no estaban, a pesar de que hubo un tránsito menor de venados. En Newfoundland hubo un caso aun más absurdo. Los turistas, atraídos por la señal que advertía sobre el peligro de colisionar con alces en la zona, paraban a tomarse fotos al lado del aviso, lo cual inmediatamente convertía la vía en un peligro de colisión mucho mayor que antes.
Pese a que los ingenieros consideran indispensables las señales de tránsito, el autor considera que "sólo sirven para que el gobierno se proteja de potenciales demandas, pero no para prevenir que un conductor se porte mal". Un ejemplo para los incrédulos es la luz verde para los peatones que se activa cuando el flujo vehicular de un sentido esta parado. Pero muchas veces esta vía libre permite simultáneamente el cruce de otros carros. Cada año muchos de ellos, creyendo que tienen la vía, son atropellados por conductores que pusieron poca atención a la señal. (cierto :shock: )
Vanderbilt entrevistó al holandés Hans Monderman, una autoridad en el tema, reconocido por su odio hacia las señales de tránsito, quien le confesó que la mejor manera de lograr un cambio de hábitos era dejar que el contexto de las calles le diera al conductor la información sobre cómo comportarse. En una pequeña villa holandesa donde las vías son estrechas y hay que interactuar a la fuerza con bicicletas y peatones para tener un pedazo de ella, los conductores son mucho más cautelosos y prestos a negociar. Por esa misma razón es menos peligroso un rond point que una intersección con semáforos. El australiano David Engwicht, otro especialista en la materia, señala que los mejores ingredientes para mejorar el tránsito son la intriga y la incertidumbre.
Esto lleva a otra idea polémica y es que las calles que parecen más seguras son las más peligrosas, y viceversa. Se ha encontrado que en las autopistas con carriles amplios, que en teoría buscan evitar que los autos colisionen entre sí, la accidentalidad aumenta porque esa sensación de tranquilidad hace que los conductores opriman el acelerador y asuman una conducta más riesgosa. Un camino sinuoso, al borde de un precipicio, por el contrario, obliga a cualquier conductor a ser más cuidadoso y disminuir la velocidad. Otro dato insólito: hay más muertes de peatones al cruzar por la cebra que cuando lo hacen por otros sitios de las vías. La explicación es que cuando la gente pasa por calles en donde el paso no está demarcado, tienden a mirar hacia ambos lados y caminan más rápido, mientras que por la cebra lo hacen más confiados, desprevenidos y con paso lento.
Como consuelo, Vanderbilt explica que desde los tiempos de Pompeya ha habido trancones y es de esperar que los siga habiendo. Lo interesante es ver que más que un problema de ingeniería, las calles recrean una serie de interacciones sociales y lo que este libro hace es volverlas más evidentes. Por eso, aunque Vanderbilt aconseja a los lectores analizar el comportamiento de las hormigas, uno de los ejemplos más asombrosos de cooperación para la movilización diaria en búsqueda de alimento de un ser vivo, lo ideal es que este libro se convirtiera en la 'Biblia' de toda persona que quiera lanzarse a la aventura diaria de la calle.
Si señor, muy certero :roll: