Ayer noté más que nunca que mi Fit (EX 1.5 2006) necesita una sexta.
La quinta tan corta (30 km/h cada 1,000 rpm) hace que la velocidad máxima (180) sea casi en el corte y al ritmo de ciertas carreteras mexicanas vaya muy exprimido, lo que afecta el consumo. Dándole sin piedad, dio 47,6 kilómetros por galón, osea con ritmos constantes de 140 para arriba y en una vía que es muy rápida y con una que otra subida larga que exige tenerlo siempre sobre 4,000-5,000. Este recorrido puntual (DF-Puebla) fue un buen experimento para ver a cuánto me subía el consumo llevando el carro más exigido.
Como dato curioso, justo cuando pensaba que el 1.6 del Fabia en el que me movía en Bogotá era algo más elástico y entregaba el torque en un rango más amplio de vueltas, tuve que abrirle paso dos segundos después a un VW Vento (Polo sedán) justo con ese mismo motor porque me estaba comiendo en recuperación apenas un bus se quitó del carril izquierdo y volvimos a acelerar todos. Los consumos comparando el 1.5 del Honda y el 1.6 del Skoda (y de SEAT y VW) son muy similares, sin diferencias apreciables.