Algunas impresiones del Nuevo León:
La unidad en cuestión es un FR 1.4 TSI de 140 caballos con caja manual de seis, suspensión de eje torsional atrás y muy buen equipamiento, incluyendo sensores adelante y atrás, luces delanteras todas en LEDs, techo o pantalla táctil con navegador.
-De entrada, se nota la diferencia en acabados con sus hermanos de plataforma, en donde el grupo Volkswagen ha sabido posicionar muy bien cada producto. No es que sea malo, pero clasifica como "normal", con un mullido encima del tablero y otro menor en la puerta y poco más, no mucha variedad de colores ni materiales demasiado vistosos, así como uno que otro detalle de bajo costo como los cinturones que no se gradúan en altura. Lo que hace la diferencia, eso sí, es la excelente ergonomía, los asientos, la posición de manejo o la calidad de la iluminación y gráficos de los instrumentos. Salí de la oficina como si llevara muchísimo más tiempo manejándolo.
-No es ningún volador y califica más como un motor progresivo que también esconde muy bien su enorme ventaja con respecto a un aspirado de similar potencia a esta altura. Muy elástico desde poco antes de 2.500, pero para aprovechar todo de sí pide su buena cuota de acelerador, porque además la relación de caja es lo usual de larga en este tipo de carros. Ayuda a esa falsa sensación de lentitud la insonorización, pues en un momento me vi a 160 sin querer queriendo y subía con toda tranquilidad.
-Muy bien por refinamiento, prácticamente no vibra, el Start/Stop está muy bien disimulado, cada marcha entra con precisión y no hace falta mover mucho la palanca, el embrague es como es lo esperado es bastante suave y, como suele ser frecuente en estos TSI, el ruido que hacen está muy bien aislado en la cabina. Dirección en su punto, se integra al instante con uno, aunque como en el Audi no debe ser la mar de comunicativa. Cosa menor en esta versión que casi es de acceso.
-Las diferencias entre los modos de manejo (Normal, Sport, ECO, Individual) no son tan apreciables como en otros carros que recuerdo.
-Si lo comparamos con su hermano el A3 (ambos con rines de 17 pulgadas y perfil 45), es evidente el cambio de la puesta a punto en el Audi y la influencia de la suspensión independiente. A mí me habría gustado que se hubiera quedado la multi-brazo en todos los Leon como antes, pero esta barra de torsión está bastante pulida y para las capacidades de esta versión con este motor no hace falta nada más. Eso sí, son evidentes ciertas vibraciones de atrás al pasar por irregularidades o reductores de velocidad y definitivamente la suavidad y el aplomo en como rueda no es igual.
-Para ser un carro tan bonito, es muy amplio atrás. Virtud heredada del anterior modelo, pero con mejoras al ver que ya hay salidas de aire al final de la consola.
-Me quedé extrañando un timón más grueso, como en el anterior León.