Leer es una de las actividades más agradables y enriquecedoras que una persona puede hacer. Asi sea un gran libro, un artículo o un simple comentario si está bien escrito o por lo menos la persona que lo escribió se ha tomado el tiempo para revisar puntuación y marcar bien los acentos ortográficos, demuestra respeto por sus lectores. Lamentablemente no siempre es así, y en estos días de WhatsApp y todas las redes sociales que pululan en internet lo que encontramos es completamente opuesto, palabras a medias y comentarios mal escritos que muchas veces hay que leer más de una vez para sacarle algo de sentido a, no digo entender, lo que alguien intenta decir.
Creo que gran parte de esta situación se la debemos a nuestro deficiente sistema educativo que no se preocupa por hacer de la lectura (y materias conexas) el centro de la enseñanza. En mis días de estudiante de primaria, antes de que se inventaran la, para mí, tristemente famosa jornada continua estudiábamos doble jornada con un descanso de un par de horas para almorzar. Y entre las materias que recuerdo formaban parte del plan de estudios estaban: composición, caligrafía, ortografía, gramática, lectura (2 horas todos los días) y tal vez otras que escapan a mi memoria.
Borges, decía: "Si quieres ser escritor, debes ser mil veces buen lector". También dijo: "Siempre imaginé que el Paraíso sería algún tipo de biblioteca".
Todo lo anterior es para invitarlos a leer columnas como esta:
http://www.eltiempo.com/vida/educacion/en-defensa-del-idioma-161526
En ese papel de educadores, los periodistas no la tienen nada fácil, aunque lo que se lee y escucha a diario parece indicar que a muchos no les preocupa en lo más mínimo ser defensores del idioma, y eso tiene su ironía pues ellos viven de la palabra hablada y escrita.