Buen día a todos, les cuento que desde hace un poco más de un mes soy el feliz propietario de un Mazda 3 SA GT 2016, completando así la experiencia zoom zoom de las 3 generaciones de Mazda 3.
Quisiera comentarles una experiencias un poco agridulce con el carro, que por fortuna terminó en un final feliz. Se trata de una reclamación de garantía, cuyo origen tiene lugar al otro día de haber comprado el carro. Como buen amante de los automóviles, al día siguiente de la compra fui a lavarlo a un lugar especializado y allí el operario descubrió (lo que ni siquiera en el peritaje había sido reseñado): que la farola izquierda tenia una fisura de 1.3 cms en la parte plástica transparente.
De inmediato me preocupé y me programé para ir a un concesionario, fui a un Casa Toro que está muy cerca de donde vivo, allí me recomendaron hacer directamente la reclamación en el concesionario donde se hizo la compra inicial, esto es, Jorge Cortés. Como era temprano, me fui para allá; al llegar me atendió uno de los recepcionistas de una forma bastante descortés, pues le comenté que quería una revisión por garantía, frente a lo cual de una vez hizo cara de incomodidad. Al hablarle de la pieza afectada, de inmediato y sin mirar el carro, dijo que eso no tenía garantía, al respecto le manifesté mi negativa y le pedí que un técnico lo examinará y fuera él quien determinara si estaba o no en garantía.
Nuevamente y de forma grosera, me dijo que eso no tenía garantía y que si quería un diagnóstico debía pedir cita, (sabiendo que esa revisión no tarda más de media hora), lo cual hice de inmediato llamando al PBX. Al parecer, tenían mucho trabajo pues sólo para 10 días después había cita, así que sin más, tomé el primer cupo disponible y el día de la cita llegué muy puntual. Al ser la cita a las 2 pm, el asesor encargado de atenderme no había llegado y nuevamente me atendió el mismo recepcionista grosero. Yo esperé a que llegara el asesor reseñado en el correo de la cita, tan pronto llegó entraron el carro y después de media hora, me llamaron: "Señor David, ese daño fue producto de un golpe y no tiene garantía". Ahí me molesté y le dije que me mostrara el lugar del golpe, pues la fisura no tenía origen externo sino interno. No supo responder a mi pregunta ni mucho menos ubicar el origen del golpe, entonces intervino el recepcionista grosero diciendo que leyera el libro de garantía que ahí claro decía que las pastas y los vidrios no estaban cubierto por garantía, afirmando al final, de forma bastante arrogante, que finalmente eran ellos y nadie más que ellos, quiénes determinaban qué tenía y qué no tenía garantía en el carro.
Molesto ya, le dije que no me interesaban sus interpretaciones, pues si bien el libro de garantía dice eso, a punto seguido señala que la no cobertura es en caso de mal uso o maltrato, pues Mazda si responde por pastas y vidrios cuando el daño es producto de un defecto del material en el cual está fabricada la pieza. Ya un poco acalorado por la forma en que me respondía el fulano y para no discutir más, le dije a él y al asesor, que pasarán su reporte a Mazda que yo esperaba la respuesta.
Pasados 10 días calendario, no obtuve ninguna respuesta de Jorge Cortés, entonces decidí no darle más largas a la espera y escribir directamente al correo de servicio de garantía de Mazda, haciendo uso del derecho de reclamación por garantía que da la ley 1480 de 2011, esto es, el Estatuto del Consumidor. En mi reclamación, sustenté muy bien mis pretensiones basándome en los hechos y describiendo el trato displicente con que en Jorge Cortés me habían atendido. Dos días hábiles después, me responden de Mazda Colombia, excusándose por el trato dado en el concesionario y abriendo un número de caso para mi queja. A los 10 minutos después, recibí un correo por parte del jefe de taller de Jorge Cortés, disculpándose por la forma en que fui atendido por el recepcionista y el asesor, e invitándome a ir nuevamente al taller para que él personalmente revisará la farola.
El sábado 18 de agosto fui, el jefe de taller me recibió y escuchó la versión que tenía sobre la pieza afecta, la revisó exhaustivamente, llamó a un operario para que le ayudara a desmontarla, con el fin de ver si el bumper o los guardabarros tenían muestras de reparación o repintura producto de un golpe; luego de su inspección, concluyó que efectivamente el carro no tenía golpes y que la fisura no era producto de una colisión sino quizá de un choque térmico. Así que se comenzó a tramitar el cambio por garantía y el día de hoy, después de estar muy pendiente del asunto, llamar e insistir, cambiaron la pieza por una completamente nueva.
No puedo negar que el trato inicial que me dieron en Jorge Cortés fue desagradable: recepcionistas y asesores con muy poco tacto, respeto y conocimientos sobre atención al cliente, que ponen en parte en tela de juicio el servicio post venta del concesionario y de la marca Mazda. Sin embargo, haciendo uso de los mecanismos legales, encontré una buena respuesta de Mazda como marca a mis requerimientos como cliente, pues finalmente en Jorge Cortés aceptaron que mi reclamación era justa y gracias a los buenos oficios del jefe de taller, hoy tengo mi carro con una pieza completamente nueva y puesta por 0 pesos, cubierta al 100% por la garantía. Muy bien por Mazda, no esperaba menos de una marca con tan altos niveles de calidad.
PD: No está de más que revisen sus farolas, especialmente los que tienen el Grand Touring, pues antes de irme del concesionario pregunté cuánto hubiera costado ese cambio si no fuera por garantía y me respondieron que estaba cercano a los 3.2 millones de pesos.
Dejo fotos del antes y del después. Gracias.