Ayer pude vivir nuestro subdesarrollo vial (tanto en infraestructura como en educación) más que lo usual y en solo tres horas.
-En la mañana, dos tipejos cruzándose a lo suicida la autopista norte (a diez metros del puente peatonal).... ¿El motivo? Se iban a meter a la fuerza a la estación de Transmilenio, pues cuando para el bus, se abren las puertas y pueden brincar dentro sin pagar un centavo. Vi toda la escena y hasta tuve el tiempo de bajar el vidrio y desahogarme con un amable grito: h___p___a!!!!!
-Rotonda de la 134... es normal que los que entran a la misma omitan el pare olímpicamente y se le atraviesen a uno, que va por dentro. En esta ocasión, un descarado en un Daewoo Cielo de servicio especial se voló el pare y, ya en la 134, hizo un giro en U prohibido en un semáforo que nos trancó a todos.
-BTS por Hatogrande. Había al parecer un retén de la policía, pero no había policías, estaba comenzando a llover y de los conos que normalmente ponen para cerrar el carril rápido y solo habilitar el de la mitad, había más de uno caído estorbando en el poco camino que dejaron.
-¿Qué tan legal es llevar un grupo de tiernas ovejitas en el platón de una Toyota Hilux?
-Iba detrás de un Logan en el desvío hacia Sopó y al señor le dio por entrar a una estación de gasolina sin avisar con la direccional, frenando de un momento a otro y deteniéndose en medio de la carretera pues había un bus atravesado... hubiera ido más cerca y me lo llevo, pero vi que el Spark de atrás no llevaba su distancia y no iba lento así que –asegurándome de que no viniera nadie– me metí al carril contrario a adelantar al temer por la cola del carro en el que yo iba.
-Sin que hubiera una aparente obra en el camino, a alguien se le ocurrió poner un cartel y unos conos en el carril contrario justo en una de las dos o tres rectas para adelantar que hay después de pasar Sopó.
-Tres minutos después, y ya en camino hacia la Y de La Calera, vi otro bus parado en el carril opuesto... después vi cómo una volqueta se salió a adelantarlo sin mirar justo cuando yo venía... menos mal no iba rápido... a esa volqueta le siguió otra que también se salió del carril como si nada.
-A los cinco minutos, el Twingo que iba delante mío estaba siendo manejado de una forma un tanto errática, así que tomé más distancia de la usual... de un momento a otro se empezó a salir poco a poco del camino y casi termina en la cuneta, pues reaccionó a último momento.... ¿Dormido? ¿Borracho? ¿Distraído? ¿Todas las anteriores?
-Antes de llegar a mi destino, había un policía de tránsito parando motos justo a la salida de una curva ciega.
-Mientras estaba en mi destino, una volqueta adelantando un camión... justo antes de la siguiente curva ciega.
-En la misma recta del cartel y los conos, pero ya devolviéndome, una mula varada en la entrada a un conjunto... otra mula paró a ayudarle sin la más mínima preocupación de orillarse... y eso que cabían las dos en el acceso a ese conjunto sin problemas y sin estorbar.
-Cerca a Sopó de nuevo, adelanto una volqueta que, como raro, iba a 10 por hora, para venir a encontrarme dos carros cruzando de un lado a otro de la calle sin mirar que me hicieron frenar y, después, otra volqueta parada sin motivo aparente.
-Y ya llegando a Bogotá, un hermoso trancón de más de una hora me estaba esperando, con la autopista inundada y un choque de cuatro camionetas que me hicieron llegar a las cinco de la tarde, una hora más de lo previsto.
Estas cosas normalmente pasan en la rutina... ¿Pero todas en un mismo día?!!! Fue una bonita evaluación a los hábitos de conducción prudente.