Los precios de la Revista Motor, igual que los de otras publicaciones, no dejan de ser una simple referencia para el mercado.
La palabra final la tiene el mismo mercado. No todos los modelos y marcas tienen la misma dinámica. Con los automóviles aplica la Ley de la oferta y la demanda.
Hay modelos como por ejemplo los Optra, Aveo y Logan que tienen mucha oferta (hay muchos carros disponibles para la venta) por lo tanto los precios tienden a bajar.
Hay otros modelos que siendo buenos son escasos, por ejemplo los Daihatsu, esos no pierden tanto valor.
Otra cosa es que muchos se montan películas en la cabeza y quieren que el comprador pague los accesorios, que la verdad sea dicha, en un usado valen muy poco. Radios, plantas, parlantes, rines, películas de seguridad, spoiler, faldones, baberos, tapicerias en cuero ya usadas, representan dinero gastado, que en su mayor parte se pierde. Esos "gallos" son puro gasto.
Es típico el argumento de que el carro usado vale un millón más porque "eso me costó la tapicería de cuero". Pero resulta que eso vale nueva, no usada.
Cada dueño puede pedir lo que quiera por su carro, simplemente si el mercado no acepta el precio no lo va a vender y con el tiempo tendrá que aceptar la realidad y bajar el precio para poder venderlo.
Si uno es el vendedor, y no está seguro del valor real del carro, cuando se empieza a ofrecer el carro debe hacerlo por encima de los precios de referencia (Motor, Asousados, Fasecolda) y se "tantea" el terreno. Si no se vende rápido se le va bajando el precio. Si por el contrarío uno es el comprador, pues hay que conocer el mercado y tampoco hay que comprar de afán. Claro está, sin tampoco desaprovechar las "gangas" que aparezcan porque aparece uno más vivo que ofrece primero y le quita la oportunidad.