ALERTA LADRILLO:
Quería decirles que finalmente pedí la prueba de la F700GS, me la prestaron ayer. Un amigo que está en las mismas que yo la pidió también, así que pedimos la F700GS y la F800R. Salimos el sábado a las 11 y el plan era ir a Villa de Leyva y volver para las 5-6 que debíamos devolver las motos. De ida yo tomé la F800R y de regreso iba a usar la GS.
La verdad iba muy leído sobre la 700 y nada preparado para la 800. Salimos por la novena hasta la 170, ahí tomamos la autopista hacia el norte. Tomamos tráfico pesado en la 170 y en la autopista. Pasando Gachancipá los carros que venían en sentido contrario estaban mojadísimos, así que decidimos dar media vuelta y tomar la variante entre Cajicá - Chía - Siberia y salir hacia La Vega o Villeta (lo que alcanzáramos).
Al subirme encontré una posición de manejo erguida con un poquito de inclinación hacia lo deportivo, pero muy cómoda. Incluso más cómoda que en mi moto. Al principio me pareció raro la posición de los posapies con respecto a la palanca de los cambios, pero me acostumbré rápidamente. Saliendo de Bogotá en el tráfico pesado estaba apenas acostumbrándome a la moto, así que fui muy prudente al pasar entre carros. Además, íbamos con una R1200GS y una R1200R que no podían sortear el tráfico tan fácil por su motor. Por la autopista antes del peaje sentí una suspensión más suave que la de mi CBR250R y una dirección un poco más nerviosa a bajas velocidades. Después del peaje pudimos andar mucho más fácil y más suelto. Ahí probé la respuesta del motor y las relaciones de la caja con respecto a las recuperaciones. La moto recupera muy bien, se siente ese torque sabroso y la respuesta es muy lineal. Recupera decentemente incluso en sexta. Eso sí, para velocidad de crucero me hizo falta otro cambio.
La verdadera prueba sobre la versatilidad de la moto vino cuando tomamos la variante. Ahí, especialmente pasando por Chía, tuvimos que tomar tráfico muy pesado y me sentí casi como en mi moto con respecto al manejo en ciudad. El único punto en contra ahí es que el calor del motor se siente mucho más que con respecto a mi pequeña monocilíndrica. Las curvas, el paso por la derecha junto a los carros...Todo fue muy sencillo, es realmente una moto muy maniobrable en ciudad.
Finalmente llegamos a Siberia y ahí seguí probando las recuperaciones. Si no es porque el viento empieza a pegar fuerte a altas velocidades, uno no se da cuenta de que está por encima de 120. A 120, a pesar de que es naked, se puede andar sin sentir tanto el viento en el pecho. Esa sería la velocidad ideal de crucero, excepto porque en sexta va uno como a 5-5.500 rpm y es cuando más se siente la vibración del motor, pero solamente en el manillar. Eso después de un buen tiempo cansa las manos. Además, hace que sea imposible diferenciar las cosas en los espejos, que al estar montados en el manillar también vibran mucho.
Empezamos a subir hacia el Alto de El Vino y ahí empecé a tomarme confianza en las curvas. Es una delicia como esta moto arranca saliendo de las curvas. Realmente es muy fácil acostumbrarse al manejo y es sumamente dócil tanto entrando como saliendo. Los frenos son excelentes. Exigí la moto hasta donde me sentí cómodo y nunca me sentí inseguro, tampoco sentí llegar al límite de la moto. Al llegar a La Vega decidimos seguir hasta Villeta y en ese momento que paramos noté que la posición de las piernas es un poco flexionada para mi gusto, pero nada que un buen estiramiento no solucione. Además, luego supe que hay una opción de un asiento más alto, lo que estiraría un poco más las piernas. Como la moto en sí es bajita, puedo plantar los dos pies completamente en el suelo sin problema, así que creo que podría pedirla con ese asiento.
Ya en Villeta almorzamos y no me sentí cansado, el asiento es realmente muy bueno. Lo único molesto fue el cosquilleo en las manos producto de la vibración.
De regreso me monté en la 700 y contra la 800 es realmente muy aparatosa. Con esta tuve más tiempo para acostumbrarme porque el primer tramo largo fue todo en carretera. La diferencia en potencia es notoria, son como 10 caballos menos pero se sienten como si fueran más, especialmente hacia el final del tacómetro que uno espera todavía un poco más de empuje. El asiento es la vaina más incómoda sobre la que he puesto mi culo para viajar. A los 20 minutos ya me estaba poniendo de pie en la moto para poder acomodarme mejor y descansar. La posición es erguida, aunque no tanto como lo esperaba y las piernas van muy cómodas, aunque nunca me acostumbré a la palanca de cambios. Esta no vibra tanto como la 800 a pesar de tener el mismo motor.
Aunque había leído que la moto era muy maniobrable, me sentí como en una moto torpe con respecto a la 800. No frena mal, pero tampoco frena tan bien como la 800, no tiene tanta potencia y en las curvas definitivamente es otra cosa. Me encontré un par de veces corrigiendo en las curvas e incluso en una ocasión en una curva el posapies rozó el piso. Una vez entramos por la 80 nos tocó tráfico pesado y definitivamente la altura de la horquilla hace que sea mucho más torpe en el tráfico que la F800R. La 700 fue un poco más económica en combustible, pero nada escandaloso.
A la larga, llegué más cansado a Bogotá que a Villeta y definitivamente no llegué tan contento por el viaje. Iba por la F700GS y terminé antojado por la F800R. Dicen que la NC750X es tres veces más aburrida que la F700GS, así que ni siquiera sé si valga la pena probarla.