Hace rato quería escribir algunas impresiones del nuevo Clase S pero, o no tenía ánimo o no tenía tiempo. Así que acá voy.
-Tristemente la unidad que tocó, un S500 con carrocería larga, no tenía la suspensión Magic Body Control, justo lo que más me interesaba. Igual con los resortes neumáticos normales uno casi que se desentiende del piso y prácticamente de los movimientos del carro. Los huecos se sienten levemente y es un poco más por el ya aislado sonido que hacen las llantas que por la mínima sacudida que filtra. En un modo más deportivo de manejo en teoría se endurece. Pasa de "muy suave" a "suave". Diría que "endurece" es la palabra incorrecta. Y torpe no es pues su ambiente precisamente son las vías de muy alta velocidad. Devora curvas abiertas sin acostarse demasiado, sin sentirse suelto en ningún momento. El guiado de la dirección es perfecto para ese fin, no comunica casi nada como en buen Mercedes, pero cumple su función con total precisión y refinamiento porque no hay una sola vibración o golpeteo molesto. Es lo opuesto al concepto de un Panamera, que pierde refinamiento a fin de involucrar al conductor en la experiencia de manejo. En el Clase S la idea es no sentir que se está haciendo un desplazamiento, es aislarse del mundo exterior, se va con mucha tranquilidad así el tráfico sea igual de caótico.
-La caja es una delicia por suavidad y no es tan desobediente como recuerdo en otros Mercedes. Así uno esté acelerando a fondo el V8 de doble turbo nunca habrá el más mínimo jaloneo entre cambios, uno se percata que pasó de uno a otro gracias al tacómetro o al cambio de ruido del motor. La aceleración es fuerte pero logra, de alguna forma, evitar esa sensación de vértigo o de vacío, simplemente avanza con mucha fuerza y constancia mientras el 4.7 ronronea de fondo y, sin darnos cuenta y hasta sin querer, rodamos a velocidades ridículas o próximas a la máxima en una cuestión de pocos segundos y prácticamente en silencio, como si nada.
-Un A8 está impecablemente acabado, un Serie 7 está un poco por debajo. Este Clase S queda en otra liga al punto de recordarme opciones menos "vulgares", véase un Bentley Continental Flying Spur. Las salidas de aire son una obra maestra en sí mismas. Cómo se siente cada pieza y cómo logra ser lujoso sin verse excesivo o de mal gusto (aunque eso ya es subjetivo) es encantador, hasta el cenicero está hecho con mimo y tiene su respectivo emblema de Mercedes... el ambientador en la guantera (sí, lo sé, un Citroën C4 tenía eso) se ve muy coqueto en su frasquito.
-La pantalla gigante digital de la instrumentación no se ve mal en vivo y complementa muy bien funciones como la visión nocturna, la información del control de crucero activo o el corrector de trayectoria, que a velocidades de autopista sutilmente mueve el timón si uno se está saliendo del carril sin poner la direccional (asume que uno se distrajo).
-Hay algunas complicaciones de la interfaz Comand en tareas tan simples como apagar la climatización o cancelar la ruta de navegación. La perilla para manejar todo lo que hay, de acuerdo a la función, bloquea cierto tipo de movimientos. A veces no puede girar y solo acepta moverse de lado a lado de acuerdo a la organización gráfica del menú en el que se esté. Muy inteligente e intuitivo, pero no impecable. Lo interesante es que atrás se incluye un control para manejar alguna de las dos pantallas en esos puestos o las funciones del Comand para conductor y pasajero en cuanto a masajes de asientos, iluminación ambiental, funciones de la climatización o salidas de audio. También hay dos juegos de audífonos de muy buena calidad para ir escuchando lo de uno mientras quien maneja tiene su propia música a través de los parlantes. Igual, los parlantes Burmester no tienen desperdicio y fue bastante gracioso ir en senda lancha tan seria con "To Mega Therion" de fondo (más cuando uno de los fotógrafos parece recién sacado de un concierto metalero en el centro de Bogotá).
-Ir atrás tiene sus ventajas. Basta con estirarse un poco reclinando el respaldo y subiendo el apoyo a las piernas debajo de la banca. Pero adelante tampoco se va nada mal pues este carro tiene los mejores apoya-cabezas de los que tenga memoria. Son como de esas buenas almohadas, no muy duras pero tampoco en las que uno se hunde. El apoyo lumbar es posible graduarlo como desde siete puntos distintos verticalmente hablando, así que es casi imposible no adaptarlo a cualquier espalda. Como ya es más común, los contornos también se ajustan a la complexión de una persona y también se mueven en curvas pronunciadas para dar más soporte (hay grados de sensibilidad), todo eso sumado a las múltiples opciones de masajes, incluyéndose dos o tres que simulan "rocas calientes" con puntos de calor específicos mientras otras "manos" dentro de los cojines ejercen presión. La posición de manejo es perfecta, algo muy necesario dadas las dimensiones de este pequeño yate, muy fácil de maniobrar en todo caso pese a su masa, no solo por los buenos espejos sino por la genial cámara de parqueo, nada raro salvo porque es la primera que veo que es HD.
Y por ahora es lo que recuerdo, pues ya ha pasado uno que otro mes desde que se tuvo.