Impresiones del nuevo Clase C:
-Tengo un nuevo favorito en el segmento y eso que nos dieron un C250. Falta manejar el V6 y el AMG cuando llegue en unos meses.
-Y es que mi dilema entre Serie 3 y Clase C siempre había sido determinado casi que a favor del BMW por culpa de la caja del Mercedes-Benz, pues tanto la primera de cinco cambios como la de siete en el W204 no es la mata de la rapidez ni de la obediencia. En este caso sentí que hicieron las mismas mejoras que en su momento noté en el Clase S: si aumento el cambio lo hace sin chistar y no estira la actual marcha hasta cuando se le de la gana tomando en cuenta solo la presión del acelerador, las reducciones también son más inmediatas así se vaya en modo C. Reacciona mejor, es rápida y, por supuesto, sin perder nada de esa suavidad necesaria en un Mercedes. Claro, no le llega a la de ocho de BMW en inmediatez, pero ya es un tema de enfoque.
-La posición de manejo en el saliente Clase C no es en absoluto mala, pero me parece que le dieron una orientación más deportiva, todo es más envolvente y cercano. Espectaculares asientos con apoyo de banca extensible para poner mejor los muslos... me bajé después de horas como si nada.
-Dirección más rápida, con buena retroalimentación sin mermarle a esa suavidad tan bien lograda de la marca, refinada pero sin llegar al aislamiento de un A4.
-Acabados espectaculares, aluminio pulido, remates en negro piano y en el caso de la unidad de pruebas, unos espectaculares parlantes Burmester que recuerdan a los del Clase S. Materiales más suaves al tacto donde antes no los había o cuero sobre todo el tablero. El anterior ya me parecía el mejor construido en su interior en su gama... este nuevo amplía la brecha. Solo un par de detalles me dejaron desconcertado: los parasoles en un plástico barato o el fondo del bolsillo de la consola central en una tela recortada que no encajaba del todo bien.
-La típica queja es que la pantalla no es táctil, pero supieron mejorar la gestión del COMAND con un mando redundante que hace lo mismo que la famosa rueda y se ubica casi encima y atrás de la misma, al estilo iPad con comandos muy fáciles táctiles (salvo al hacer "click"). Interesante y se aprende a manejar con rapidez. Pusieron accesos directos para las configuraciones de modos de manejo y opciones del carro (Comfort, Sport, opciones de iluminación... etc) y para el menú de la climatización. Mi única queja es que el botón de las luces de parqueo es pequeño y está alejado hacia el lado derecho... como si no fuera relevante.
-Comparado a los primeros motores CGI que manejé por allá en 2009 se nota el avance gradual que ha tenido la marca con sus motores turbo. Existe la patada pero ya es mucho más sutil, con una entrega de torque más amplia, más consecuente a cómo debe acelerar un Mercedes-Benz, nada de sacudidas bruscas. El dos litros lo sentí incluso mejor que en su pariente el A250 (no tengo idea por qué, pues debería ser al contrario), elástico y más que sobrado para llevar a este C por encima del ritmo de los demás carros y, siendo razonables, siempre con consumos muy decentes debido a que con cierta exigencia en un pequeño tramo de curvas ida y vuelta, mucha autopista y un trancón de dos horas que casi me enloquece, me promedió unos 37 por galón. Me muero por probar el C400.
-Atrás las piernas ya no quedan tan cercanas a los espaldares de quienes vayan adelante (partiendo de que se siente alguien de estatura normal)... no sobra a lo alto pero los centímetros de más a lo largo compensan.
-Como olvidarme de la suspensión, algo indispensable en un Mercedes y que no desilusiona en el nuevo C. Después de la tremenda decepción con los A y CLA ya era hora de confirmar que no se les había olvidado una de sus mayores virtudes, pues aún en este carro con paquete AMG la suavidad es excelente, sí, un tris más rígido en ciudad pero siempre procura ser silencioso, homogéneo, nada de brincos o sacudidas fastidiosas. Y el control de carrocería jamás nos hace sentir en peligro, se traga desniveles en apoyo tan bien como siempre, se abusa a la salida de una curva y a duras penas se acuesta.
-A nuestra unidad, así tuviera su buena carga de opciones (cuero rojo, pack AMG, Burmester), le faltaba el apoya-brazos atrás y las luces LED con seguimiento en curva (traía de LED pero convencionales). Después de haber probado las espectaculares ILS se extrañan unas luces mejores... o aún mejores porque malas no son.
-Lo que definitivamente no me dejó a gusto fue ese labio cromado enorme en el parachoques delantero que si no estoy mal es parte del paquete de carrocería opcional que llevaba esta unidad... excesivo, casi lobo.