Me robé unas horas de la mañana de un casual miércoles y me fui a dar una "vuelta" de unos 110 km en un AMG GT-S, básicamente mi recorrido estándar de pruebas con otros carros con la diferencia de que iba a escribir mis impresiones aquí.
De entrada, nunca entendí por qué tantos medios hacen la comparación directa con el Porsche 911 (a lo mejor fue la misma Mercedes la que desencadenó eso, pero bueno). Conociendo el carro bien ahora, lo entiendo aún menos. A este GT-S lo veo como un Jaguar F-Type R menos escandaloso y, al menos para mis ojos, incluso no tan descaradamente bonito (sin que el Mercedes sea feo, ni mucho menos).
Y es que el carro le hace honor a su nombre: GT. Un 911 es una fuente de sensaciones mayor, está diseñado para un conductor mucho más involucrado en la experiencia de manejar. El Mercedes no tiene esa precisión súper milimétrica de la dirección, no es tan sensible a modificar la trayectoria solo con el acelerador, el mismo freno no se dosifica con la misma facilidad. Y es que ahí ya hablé de lo que menos me gustó del GT-S: dirección y frenos.
La dirección transmite lo que debería pero la sentí muy asistida y con una posición de centrado un poco blanda, lo que es clave a las altísimas velocidades que puede desarrollar. Un poco más de firmeza no le vendría de más y, así pueda ser un tema de costumbre, no es de esos casos en donde tracé de un solo movimiento al entrar a una curva. Aquí me tocó recalcularle y mover un poco los brazos para colocarlo justo donde quería. Avanzando al pedal de freno, sentí un tacto más propio de un Audi o algo del grupo Volkswagen que de un Mercedes-Benz. Y hablo para mal porque el comienzo del recorrido tiene una dureza medio indefinida para después surtir efecto de repente. Otros Mercedes-Benz que he manejado al contrario tienen un freno más reactivo.
Comparándolo con otros coupés manejados también por muchos kilómetros y en distintas situaciones, diría que no tiene la inmediatez de un Corvette C7 (sea normal o Z06) en la dirección pero sí informa más (aplica lo mismo para el F-Type), mientras los frenos no parecen de un carro de su perfil por sensación, pues por capacidad por supuesto están sobrados y cumplen su tarea como debe ser.
Pasando a lo que más me agradó del carro está la suspensión. Sí, en el modo más suave sigue siendo duro, le toca por obligación pero en autopista rueda con sorprendente refinamiento, sin sobresaltos. El primer modo no es tan dramático en rigidez y apenas deja inclinar la carrocería muy levemente. Ya el más duro (dos LEDs rojos alumbrando en el botón) hace que gire mucho más plano y se apoye con más seguridad al salir acelerando de una curva, pero como tiende a ser usual en una suspensión de poco recorrido, también tenderá a brincar más con irregularidades o asfalto en mal estado y eso puede ser contraproducente si la carretera no está tan bien mantenida. Algo que no había notado en otros carros similares es que se llega muy fácil a los topes y de repente puede oírse un ruido de caucho como cuando por desgaste los bujes están sacando la mano.
El verdadero alma es sin duda el conjunto de motor y caja. Mi referencia directa, por número de cilindros, desplazamiento y configuración (V8, 4.0 litros, dos turbos) es el que usa Audi en carros como el S7 y el RS7, pero también quise compararlo con el cinco litros supercargado del F-Type R. Y es que a falta de bajar los números, diría que camina más duro que el Jaguar y está al nivel del V8 del Audi. El torque es ridículo y el carro puede comerse una carretera en subida en sexta, sin rebajar, como si nada pasara. Ahora, tengo que aclarar que mi percepción está un poco alterada por culpa de la bronquedad del V8 del Z06... al lado de eso (tal vez la excepción es un 911 Turbo) ya casi cualquier cosa se siente lenta.
Si no se activa el modo "escandaloso" del escape, el carro empieza a sonar como todo un AMG después de unas 4,000 rpm, con la diferencia de que el soplido clarito de los turbos acompaña de fondo. Ya haciendo sonar el carro más duro presionando el respectivo botoncito, no es igual de gritón ni extremo al Jaguar. La caja de doble embrague funciona con el mismo principio de un más "mundano" CLA45, trabajando con más lentitud y suavidad con la perilla en "C", para volverse más inmediata y obediente en "S" y "S+", sin llegar en éste último a la agresividad de una PDK en cuanto a patadas entre cambios, como diciendo que incluso en su modo más bravo sigue siendo un Mercedes-Benz. El Launch Control lo bota a un poco menos de 4,000 para salir disparado solo un poco cruzado hacia la izquierda, minimizando las patinadas que en un F-Type acabarían las llantas en tres arrancadas, lo mismo que pasa al no graduarle tanto al acelerador en las curvas pues el Mercedes tiene menos tendencia a irse de cola según pude sentir yo... igual siendo poco prudentes con el acelerador la sacará de todas maneras.
Por dentro es una de esas cabinas que sorprenden por lo audaces. ¿Qué diablos hace el botón de las luces de parqueo en el techo? Está junto al de levantar el alerón y la calefacción de los asientos. Si quisieron simular la cabina de un avión (como muchos dicen de otros carros), pues lo lograron. Tampoco comprendo del todo por qué el botón para activar el modo manual de la caja está justo al lado derecho de la consola junto al pasajero y no en un sitio más visible y cercano. Lo mismo se puede decir para otros botones como el de hacer sonar más duro el escape, el del Start/Stop o el de las tres durezas de suspensión, que implican doblar el brazo de una manera poco natural para presionarlos. También es el primer Mercedes que haya manejado últimamente que no tiene los mandos de mover los asientos en las puertas, eso sin contar con que el receptor de la llave está en la gaveta del medio (lo tuvimos que usar porque el mando manoslibres se descargó). A destacar que está mucho mejor fabricado que un F-Type y eso se nota en la solidez de ajustes, uniones de carrocería o en el hecho de que frenando a fondo no vibra toda la cabina (o que no prendió un Check Engine al azar después de darle zapato inmisericordemente). ¿Comparado a un 911? Tal vez más vistoso, pero en solidez se sienten reñidos.