Arthur Davidson, el inventor de la famosa moto Harley-Davidson, murió y fue al cielo.
Al llegar a las puertas del cielo, San Pedro le dice:
- ¡Hijo mio, como fuiste un buen hombre y tus motos son famosas en todo el mundo, tu premio es poder encontrarte con quien tu desees!
Arthur pensó un poco y después dijo:
- ¡Quiero encontrarme con Dios!
San Pedro llevó a Arthur hasta la gran sala del trono y lo presentó ante Dios.
Dios reconoció a Arthur y le dijo:
- ¿Entonces fuiste tú el que inventó la famosa Harley-Davidson?
Arthur respondió, muy orgulloso: - Es verdad, fuí yo.
Dios comentó: No fué un invento muy afortunado, ¿eh?.
-
Es un vehículo inestable, ruidoso y contaminante;
-De mantenimiento complicado y alto consumo.
Arthur molesto con los comentarios replicó:
- Discúlpeme pero, ¿no fue usted, Señor, el que inventó a la mujer?
- Si, fui yo - respondió Dios.
- Bien, aquí entre nosotros, de profesional a profesional, su invención no fué nada feliz.
- La suspensión delantera es muy inconsistente;
- Es muy ruidosa a altas velocidades;
- En la mayoría de los casos, la suspensión trasera se afloja rápidamente y vibra demasiado;
- Los costos de mantenimiento son exhorbitantes y para rematar el área de entretenimiento está localizada demasiado cerca de la de reciclado;.
Dios lo pensó un momento, salió a hacer una consulta en el supercomputador celestial. Después de un rato el aparato arrojó una pequeña hoja impresa. Dios regresa a donde está Arthur y le dice:
- Si, es verdad mi invento tiene varios defectos, pero de acuerdo con las estadísticas de que dispongo, hay muchos mas hombres montados en mi invento que en el tuyo.
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Edit 1
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Un indio, en Australia, entra a un almacén de abarrotes. Encuentra comida para gatos a precios muy rebajados. Toma una docena de latas y va hacia la registradora.
El gerente se pone suspicaz. Él piensa que el indio no tiene un gato y que probablemente le dará la comida a sus hijos. Le pide al indio que le muestre el gato antes de venderle la comida para gatos. El indio va a casa, regresa con el gato y así consigue comprar la comida para gatos.
A la siguiente semana el indio encuentra que en el mismo almacén venden comida para perros a precios muy rebajados. Una ganga. Agarra una docena de latas de comida para perros y se dirige a pagar.
De nuevo, el gerente se pone suspicaz y piensa que el indio puede tener un gato pero no un perro, y que probablemente alimentará a sus hijos con la comida para perros. Le pide al indio que traiga el perro para así poder venderle la comida para perros.
El indio va a casa y regresa con el perro. Así consigue la aprobación del gerente para poder comprar el alimento para perros.
A la siguiente semana regresa el indio al mismo almacén con una bolsa en la mano. Le pide al gerente que meta la mano entre la bolsa.
El gerente mete la mano y siente algo viscoso, con la consistencia de algo pastoso e inmediatamente saca la mano de la bolsa. Gritándole al indio, le dice: “¿Que p4t@$ es eso? ¿Acaso es mierda?… ¡Tu, indio del carajo!”
El indio de manera muy calmada le replica (Aquí pónganle al acento de Apu): “Sí, por supuestos que es mierdas. Es que necesitos comprar papel higiénicos , y no tengos ganas de regresar a casas.”