Pruebas a fondoFord Fiesta 1.6 Sport: Triunfador nato
Por Cristóbal Rosaleny
Barómetro
- Conducción 4/5
- Seguridad 4/5
- Confort 3/5
- Ecología 4/5
- Valor de compra 4/5
Nota global 15/20
Rápido, divertido, bonito y práctico para el uso diario. El nuevo Fiesta con el motor 1.6 Ti-VCT tiene casi todo lo que puedes esperar de un utilitario.
El nuevo Ford Fiesta nos ha sorprendido muy gratamente, y no sólo por ser nuevo. Lo ha hecho sin grandes alardes tecnológicos, motores eléctricos o revolucionarios conceptos modulares. De hecho, la receta es sencilla a priori: han mezclado un buen bastidor con interiores de calidad y lo han cocinado con un motor bien condimentado por su economía y potencia. Un diseño de primera derivado del Concept Verve y un completo equipamiento son la sal y la pimienta de este modelo que, pese a la crisis de ventas, ocupará un hueco de privilegio entre los modelos más populares de España.
MECÁNICA
El motor 1.6 Ti-VCT de este Fiesta Sport es el más potente de los que componen la gama hasta que llegue el futuro ST, y quién sabe si también un RS. Sus 120 caballos bastan y sobran para mover con cierto brío al utilitario de Ford. En comparación con otros 1.6 atmosféricos de última hornada, demuestra mayor empuje a bajos regímenes y una elasticidad realmente sorprendentes. Tanto es así, que la caja de cambios de cinco relaciones es perfectamente válida para realizar cualquier tipo de conducción, y no sólo por su tacto bien definido y por los contenidos recorridos de la palanca, sino también por el correcto escalonamiento de las marchas. Quizá beneficiaría disponer de una sexta, pero sobre todo en términos de sonoridad, porque no es extraño rodar a velocidades de crucero por encima de las 4.000 revoluciones/minuto.
Conducción
Las sensaciones al volante del Fiesta son excelentes. La visibilidad es más que correcta pese a su diseño ‘espacial’ y todos los elementos están bien dispuestos para disfrutar de la conducción. En la introducción comentábamos las bondades del bastidor; en realidad es básicamente el mismo de la anterior generación del Fiesta, pero esto no es un inconveniente, porque las geometrías son buenas y su rigidez basta para percibir cierta precisión en sus reacciones. A esto contribuyen también unos tarados de amortiguación endurecidos, aunque no incómodos. Sí nos ha molestado ligeramente el bajísimo perfil 45 con sección 195 de los neumáticos de nuestra unidad de pruebas, pues transmiten al habitáculo los sopetones de los baches más grandes.
Sin embargo, no hay mal que por bien no venga, y estos neumáticos sport (que no tiene el resto de la gama) redundan en una gran eficacia en carreteras reviradas. Allí apreciamos un comportamiento incluso sobrevirador al límite; es frecuente ‘quitar dirección’ a mitad de las curvas a poco que las afrontemos con un leve balanceo. El volante, de perfecto tacto, ayuda a realizar la maniobra, aunque la dirección electrohidráulica resulta algo menos informativa que la hidráulica del anterior Fiesta. En todo caso, es una cuestión de tiempo y costumbre; la precisión está ahí.
Seguridad
Llegados a este punto de la prueba, está claro que el Fiesta es uno de los mejores utilitarios del momento en todos los apartados, y la seguridad no es la excepción. Con 33 puntos sobre 38 en las pruebas EuroNCAP, ha logrado 5 estrellas en la protección para adultos, 4 para niños y 3 para peatones, las mismas notas que el nuevo Ibiza y mejores que las de sus rivales. No obstante, debemos apuntar que el control de estabilidad forma parte del equipamiento opcional –cuesta 450 euros– y la iluminación de xenón directamente no está disponible. Nos gustaría que todos los coches montasen de serie ambos elementos, pero en este caso el precio le sirve como disculpa, sobre todo en lo tocante a las luces. En todo caso, si tienes presupuesto para extras, elige el ESP y los airbag de cortina delanteros y traseros, que cuestan otros 350 euros.
Confort
La calidad de terminación del nuevo Fiesta está muy por encima de la que lucía su antecesor. Buenos materiales por doquier, asientos cómodos (aunque un poco blandos para nuestro gusto), una pantalla para acceder a la configuración del vehículo (quizá más atractiva que práctica) y, sobre todo, el reposapiés a la izquierda de los pedales que tanto se echaba de menos en el Fiesta hasta ahora. Esto configura un espacio interior muy agradable en el que incluso los materiales menos nobles empleados en la parte baja del salpicadero tienen un buen aspecto, y donde un diseño agradable no nos deja sin huecos para dejar las llaves o una lata de refrescos. La guantera es enorme, pero la línea del salpicadero permite que el pasajero tenga mucho espacio para las piernas y además pueda desplazar el asiento bastante hacia delante, con la ventaja que esto supone para las plazas traseras. Allí no sobra espacio para las piernas, pero sí destaca la altura libre al techo, mayor que en un Renault Clio o un Peugeot 207, y a la altura de un Opel Corsa, pese a que desde fuera se consiga cierto aire deportivo en la zaga. Ventajas del esquema en cuña.
El confort es bastante elevado para un utilitario, aunque las versiones menos potentes lo serán todavía más, gracias a unos neumáticos de perfil más alto y una suspensión algo más suave. El equipamiento sí está a la altura, aunque el control de velocidad cuesta 150 euros y el sensor de aparcamiento otros 350.
Ecología
Este 1.6 se porta de maravilla. Las cifras homologadas en ciclo mixto están por debajo de los seis litros, aunque nuestras mediciones estuvieron más cerca de los siete. En cualquier caso, es una buena marca para un motor de su potencia. En un uso intensivo tampoco se desmadra, aunque puede superar los diez litros a los 100, mientras que en ciudad suele marcar cifras sólo un poco superiores a los ocho litros a los 100. Nos parece una alternativa real a los coches turbodiésel de su potencia, porque consume algo más, pero también vibra notablemente. Además, con unas emisiones de 139 gramos de CO2 por kilómetro, se inscribe en la franja de impuesto de matriculación del 4,75%. A la espera de la llegada de la próxima generación de motores de gasolina –quién sabe si la última–, cumple muy bien con su cometido.
Valor de compra
Se ofrece con acabados Sport y Titanium, y ambos cuestan 15.470 euros con el equipamiento de base. Es más caro que el Fiat Grande Punto equivalente, y está más o menos a la altura del Renault Clio. Por diseño, cualidades dinámicas e incluso por espacio, nos quedamos con el Ford, que viene a redondear una gama cada vez más completa y cada vez más acertada. Optar por la marca del óvalo hoy en día es un acierto casi seguro, y este Fiesta también lo es. Es útil, pero también rápido, divertido y bonito. ¿De verdad esperas más de un coche para el día a día?