¿"Dramático"?, pues tampoco es.
Simplemente se gana en que la presión, y por supuesto la forma, de la llanta se mantiene así las condiciones de temperatura cambien. A diferencia del nitrógeno, que es muy estable, el aire normalito se expande y contrae mucho con los cambios de temperatura.
Haga el ejercicio midiendo la presión de las llantas frías y la compara después de rodar una hora o de bajar una pendiente pronunciada y larga. Producto del roce del caucho contra el suelo y del uso de los frenos las ruedas se calientan mucho y eso hace cambiar la presión.
A propósito, entiendo que lo correcto es calibrar las llantas cuando están frías, no calientes. ¿Es correcto?