MAZDA BT-50 SUPERO PRUEBA DE 9.000 KMS EN COLOMBIA
Nueve mil kilómetros y seis departamentos de Colombia sirvieron de escenario para una de las pruebas más difíciles que pueda resistir vehículo alguno. Y la pick up Mazda BT-50 sobrepasó los difíciles retos de clima, altitud y terrenos de la geografía del país andino.
La evaluación, llevada a cabo por el equipo comandado por Guillermo Olarte, reconocido especialista en temas 4x4, y por el realizador de televisión, Alejandro Quevedo, se extendió durante tres meses para evaluar cada elemento de las Mazda BT-50 diesel (2.5 litros, inyección directa common rail, intercooler, 140.9 caballos y 34 Kgm a 1800 rpm de torque) y BT-50 a gasolina (2.6 lts, inyección multipunto, 126.5 caballos y 21.6 Kgm a 3500 rpm) en todo tipo de condición.
Por ejemplo, ambos vehículos recorrieron diversos trazados del caluroso desierto de La Tatacoa (Huila) donde se llevaron a cabo pruebas tipo rally de velocidad por cerros y planicies, con el fin de comprobar las bondades de la suspensión y la estabilidad de las pick ups ensambladas en la planta de la Compañía Colombiana Automotriz (CCA) en Bogotá. Las calificaciones fueron las mejores e igual resultado obtuvieron por las trochas del río Saldaña. De allí, el equipo evaluador se dirigió al área de Girardot y del municipio del Nilo, donde las condiciones de terreno permitieron revisar a diferentes tipos de velocidad, carga y terreno, el ajuste del sistema que acopla el platón. Las cualidades compactas y de insonorización fue lo más destacado por el personal que adelantó la prueba.
De la zona del Tolima las pick ups fueron trasladadas a la Sabana de Bogotá, y por allí transitaron gran variedad de alturas y caminos, de los cuales se destacaron dos retos importantes: el Páramo de Chingaza y las trochas de Guatavita. El primero, a más de 3.000 metros de altitud, evaluó las capacidades del turbo en la diésel, el cual siempre mantuvo su eficiencia, cuando en otros modelos la altura afecta su desempeño. En ningún momento hubo ahogo, por el contrario, la potencia se entregó cada vez que la BT-50 fue exigida. Y el segundo reto se experimentó por la zona de la laguna de Guatavita, conocida por sus condiciones de trial y trocha. El chasis de ambas Mazdas BT-50 aguantó toda clase de golpes sin perder su resistencia, mientras el sistema de tracción 4x4 superó las pruebas de lodo y barro extremo, gracias a la aplicación del “bajo”. De Cundinamarca la travesía prosiguió a Villa de Leyva (Boyacá) y a Santander, en especial la zona del Cañón de Chicamocha, donde se evaluó el desempeño en ascensos y durante bruscos cambios de temperatura. Allí se notaron las altísimas prestaciones de torque (en la diésel más que todo), su forma de afrontar curvas y su rendimiento en velocidad. El sistema 4x4 se enganchó cuando se transitó por terreno destapado, para asegurar estabilidad, al igual que en ascensos difíciles y a full carga. Es de anotar que el promedio de consumo de combustible estuvo por arriba de los 38 kilómetros por galón en las condiciones más difíciles, lo que garantizó autonomía y gran economía para los viajeros.
Kilómetro tras kilómetro el equipo atravesó el Magdalena Medio y arribó a Cartagena, tras disfrutar de un cómodo viaje gracias a la amplitud de la cabina y a la comodidad ofrecida por el equipamiento y el aire acondicionado. Cuando se transitó por la playa, las BT-50 no presentaron inconvenientes, donde la presión del agua ayudada por las olas nunca afectó componente alguno del sistema eléctrico.
Por último, las Mazda BT-50 se devolvieron a Bogotá sin haber necesitado mantenimiento alguno durante los 9.000 kilómetros de recorrido. Allí se les sometió a su primer cambio de aceite, las revisiones pertinentes, una tanqueada y el lavado general. Horas después, ambas BT-50 estaban listas, como para ser exhibidas en un concesionario…