Estuve conociendo la CX-30 y, la verdad, me gustó muchísimo.
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Empecemos por lo polémico, el espacio en los asientos traseros. No es igual de amplia que una CX-5, claro, pero quien se atreve a compararla con una CX-3, está MFT. No soy el más alto (1.76 m), aunque con la silla del conductor en mi posición de manejo, tengo suficiente espacio para no ir con las rodillas pegadas al espaldar (ver foto). De la cabeza al techo, sobran 3 dedos gordos (o 4 delgados) de una mano. Esto último no sucede ni en la CX-3 ni en el nuevo 3 sedán. Además, la silla va alta y las piernas quedan bien apoyadas contra el cojín (no usan el viejo truco de la silla baja para que quede espacio hacia el techo).
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El baúl podría ser más grande, pero prefiero que lo dejen así y no tener más capacidad a costa del espacio para los pasajeros traseros.
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Los acabados tanto en la GT como en la Touring son excelentes para una marca generalista, en línea con los Mazda recientes. Me encantaron los detalles en azul oscuro de la Touring (y mejor si la pintura es azul, como la que vi).
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