Algo de humor!!

JD93

Antiguo y Clásico
Feb 19, 2010
2,824
No hombre Carlos, las personas que vivimos lejos en bogota en esta epoca literalmente lo bajan a uno del taxi por que nunca alcanzan, van a entregar el turno etc etc, se lo digo por experiencia que una vez en plena lluvia con mi hija cuando estaba de brazos por mas que rogue me bajaron dos taxis, despues de eso compre carro y me libre de andarle rogando algun malp.... que me lleve, tristemente esa es la realidad, eso si en enero cuando el trabajo esta malo son capaces de bajarse y cargalo puerta a puerta.

slds

A mi me hicieron lo mismo en un aguacero así que simplemente me baje pero no subí la ventana (que ya había bajado pq el carro olía a mico) ni la puerta, lo mejor de todo fue ver a al taxista bajarse a cerrar la puerta y la ventana y que lo mojara un transmilenio jajaja eso no se me olvidará nunca
 

Stig

Bob Patiño - Alpaca Chu - Barney - M87
Ene 4, 2010
8,731
A mi me hicieron lo mismo en un aguacero así que simplemente me baje pero no subí la ventana (que ya había bajado pq el carro olía a mico) ni la puerta, lo mejor de todo fue ver a al taxista bajarse a cerrar la puerta y la ventana y que lo mojara un transmilenio jajaja eso no se me olvidará nunca

Eso digo yo. Si el tipo no lo quiere llevar a uno, pues uno no le quiere cerrar la puerta tampoco.
 
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Ff Nt

Antiguo y Clásico
Ago 15, 2013
203
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wjacb

Antiguo y Clásico
May 12, 2011
561
El hombre despertó aquella mañana con un guayabo y un tufo ni el HP.
La noche anterior se había pegado una emparrandada por fuera de su casa, y bebió como un loco, de modo que ni siquiera se acordaba como había vuelto a su casa.
Preso de una jaqueca lacerante, dolidos todos los músculos del cuerpo, la garganta mas reseca que lengua de loro, en la boca un sabor a cobre y a vinagre de los peos y la cagadita ni paqué hablar, tenia miedo aún de abrir los ojos, pues lo aguardaba de seguro la cólera de su mujer. La señora se ponía como un demonio cuando su esposo llegaba en tal estado, y así, salir de la recamara era para él como salir de la celda para ir a la sala de ejecución.

Abrió los ojos como pudo, y lo que vio lo dejó maravillado.

Sobre la mesa de noche estaba una pequeña hielera llena de cubitos de hielo con dos cervezas heladas. Al lado había un par de Alka-Seltzers y un vaso de agua. Recargado en el vaso estaba un sobrecito color de rosa, perfumado.

El tipo, anonadado, abrió el sobre y en su interior halló un recado que decía:
"Amor mío, vida de mi vida: Perdona que no este aquí para atenderte. Salí un momento, pero regreso al rato para estar contigo. Te he dejado estas
cosas sobre la mesita para que alivies el malestar que quizás sientas tras de la diversión de anoche, diversión que -lo comprendo- necesitas por las
tensiones del trabajo. Te he preparado tu sancocho trifásico, que te espera en el comedor. Le pedí a nuestro hijo que te lo sirva y que este pendiente de
ti para lo que se ofrezca. Te dejo un beso, y con él, todo mi amor. Tu esposa que te adora".

El hombre no daba crédito a sus ojos.
Bebió con deleite las dos cervezas, hizo sus abluciones matutinas, se vistió y bajo al comedor. Ahí, en efecto lo esperaba su hijo, que lo saludó con cariño
y le sirvió el sancocho preparado por su madre. Se lo comió en silencio el asombrado tipo. Que estaba sucediendo? Soñaba acaso? Era aquello una vana ilusión de los sentidos? Se atrevió a preguntar con timidez:

"Qué paso anoche, hijo?".

Relata el muchacho:
"Llegaste a las 3 de la mañana y venias en completo estado de ebriedad. Chocaste el carro en la puerta del garaje; le diste una patada al gato; te vomitaste en la sala y arruinaste la alfombra que mi mamá acababa de comprar. Luego te caíste en la escalera y ahí quedaste inconsciente.
Tuvo que despertarme mi mamá para que la ayudara a llevarte a la habitación y ponerte en tu cama".

"Entonces" pregunta el señor, aturrullado, "Por qué todo esto? Por qué las cervecitas, y el amoroso sobrecito, y el sancocho, y todas estas atenciones?".

Responde el muchacho:
"Porque mamá te iba a desvestir en la cama, y cuando empezó a bajarte los pantalones tu dijiste:

¡Quieta perra hijueputa que yo soy casado!"
 

wjacb

Antiguo y Clásico
May 12, 2011
561
Juanita y Pepe estaban por comprometerse en matrimonio. Pero antes de que ella aceptara, pensó que seria prudente confesarle que debido a una enfermedad de infancia, sus senos no se habían desarrollado normalmente, y debido a eso, se le habían quedado de un tamaño equivalente a los de una niña de doce años.

Al confesarle su secreto a Pepe, este le aseguro que no se preocupara, que el amor que él sentía por ella estaba por encima de su "pequeño" percance.

Ya que estaban en el tema de confesiones, el pensó que también seria propicio contarle un secreto que él también abrigaba por muchos años.

La miro a los ojos y le dijo, "Mi amor, tengo que decirte que tengo el pene del tamaño de un recién nacido, espero que esto no sea problema", ella le contesto que el tamaño de su pene no seria ningún problema, porque ella lo amaba tanto que buscaría la manera de solucionar tan "pequeño" problema.

Se casaron, y al llegar al sitio de su luna de miel, comenzaron con los manoseos y caricias. Al introducir la mano Juanita en los boxers de Pepe, soltó ella un grito ensordecedor y con eso, salió corriendo de la habitación.

Alcanzándola Pepe le preguntó que le había pasado. Ella le contestó, "Me mentiste!!!, me dijiste que tenias el pene del tamaño de un recién nacido, a lo que Pepe le contesta:

Si lo tengo del tamaño de un recién nacido, pesa tres kilogramos, y mide 48 centímetros de largo."