Algunas impresiones del nuevo STI:
-Me sigue cautivando el hecho de que siendo un carro de este perfil, resulte tan práctico. Al final del día es un sedán y es uno de los buenos, nada de los llamados "coupés de cuatro puertas" con micro-ventanas y asientos de atrás de adorno. En esto uno se puede ir de viaje con los amigos. La visibilidad, como pocas en un carro moderno, ¡se ve la trompa!
-La decoración interior ya invita a manejarlo... los instrumentos casi naranja, los gráficos de la pantalla de en medio, los asientos de mucho soporte con contrastes en rojo, la imitación fibra de carbono (bien lograda) en la consola o las letras "STI" alumbrando adelante de la palanquita de cambios.
-Hace mucho tiempo no tenía el gusto de llevar algo tan... como decirlo... "hard core", emocional, que lo haga sentir a uno manejando de verdad. La dirección es inmediata, creo que aún más que la del CLA45 que es mi referencia directa en este momento (por haberlo probado hace muy poco y por ser también un sedán compacto turbo de similares especificaciones y tracción integral), el clutch es duro (un gimnasio en trancones) y acopla al instante (no faltará la apagada), la suspensión comunica todo pero, aún así, logra ser más permisiva que la del rígido Mercedes, porque sí, a veces uno pega sus pequeños brincos en mucho desnivel, pero a partir de cierto punto cede mejor y eso hace que no sea tan desesperante en ciudad. La misma historia con el freno, con un recorrido del pedal corto, preciso, al grano. Y qué decir del motor, que se siente más bien vieja escuela al lado de otros similares modernos, porque si el CLA daba la patada más o menos tarde hasta 3,000, este se tarda lo mismo o tal vez un poco más. El sonido del bóxer tiene su gracia y de vez en cuando se deja sentir una que otra descarga del turbo.
-Creo que la caja manual puede estar entre las mejores que recuerde, acompañando a la del MX-5, el 1M Coupé, la del John Cooper Works, el Fiesta ST y hasta la del Leon Cupra, el Abarth 500 o incluso el Juke. La palanca deja sentir esa interacción mecánica con claridad, los recorridos no son tan largos pero el guiado no da margen de error. Uno hace los cambios por gusto así no sea necesario, es una terapia.
-No sé si a diario me lo aguantaría, por un lado gracias al mencionado clutch. Por otro, debido a un acelerador ultra-sensible que de paso nos pule en cuanto a suavidad, porque es fácil ir a muy bajas velocidades y que de uno que otro pequeño jalón. Ni hablar si nos da por poner la perilla del SI-Drive en el modo más agresivo.
-Excelente la posición de manejo, facilísimo acoplarse al carro. Eso sí, no se puede ir muy cerca del suelo y, ya poniéndonos muy exigentes, no estaría de más que los pedales estuvieran un poquito más profundos.
-Y por último, es una sensación bastante particular mirar el retrovisor y ver ese alerón gigante asomándose, un recordatorio permanente de lo que es este Impreza.