El puente de la semana pasada me fui de viaje Villavicencio-Cali-Villavicencio, este es el primer viaje realmente largo 1100 km, un viaje donde pude probar el carro en todos los terrenos, plano, loma y loma extrema en el caso de la línea, en cada trayecto consumió casi el full de extra, pues novedades frente a lo que ya había visto no hubo, el carro sube muy bien, eso si hundiendo el acelerador sin miedo, algo que me llamo la atención es que cuando iba detrás de un grupo de mulas, y tuve la oportunidad de pasarlas teniendo que arrancar rápidamente, al hacer el cambio de primera a segunda, me chillaron las llantas, pensé que eso no ocurría en los carros con control de tracción, no sé si se deba a una falla en mi forma de manejar al sacar muy rápido el pedal del embrague o a la calidad de las llantas que no tiene suficiente agarre, el caso es que me paso como tres veces, eso si el carro respondía buen pique y control total, coger las curvas ya sea bajando o subiendo es una maravilla y realmente se nota la diferencia con los otros vehículos que no cuentas con las ayudas que tiene el fiesta, siempre se siente que uno tiene un control brindando tranquilidad, en cuestión de frenos muy bien, lo único que me parece que queda un poco en deuda es con las luces, definitivamente los leds son muy bonitos, pero en la carretera serian de más ayuda unas exploradoras.
En general muy contento, aunque de este viaje se pueden desprender otros post para publicar en otros temas, como el miedo que da al pasar por la Av. Roosevelt en Cali cuando juega el América…. y eso que yo soy hincha de la mechita, los policías que me querían partir en el alto de Gualanday en el Tolima pero que según ellos “tenga en cuenta que le colaboramos”, o como puede ser testigo del daño que le hicieron los Nule al proyecto de infraestructura vial entre Bogotá y Girardot.