Jajajajaja... por culpa de uno de estos, visité por primera vez la oficina del coordinador de disciplina. A tres compinches, en pleno momento de oración (colegio de curas!!), nos dio ataque de risa cuando esa vaina comenzó a sonar como una bomba en picada... uno de ellos tenía el llavero en el bolsillo y lo activo sin querer!
Y pensar que al publicar ese Toyota, tengo que contarle que me sucedió lo mismo que a usted con el bus: me robaron ese modelo junto con otros, no en el colegio, pero si de mi propia casa a manos de unos cuidadores a los que se les dio por llevarse "cositas". Le tenía un aprecio muy especial, porque mi papá me lo trajo de una Feria del Hogar de Bogotá por allá en el 84.
Dos confesiones: al intro del Hombre Increíble le tenía un temor por la música y cuando se transformaba y decía "No soy yo cuando me emberraco".
Algo similar me ocurría (y me sigue ocurriendo, por lo visto) con el intro de Manimal, en la segunda parte del cabezote donde cuentan los antecedentes. Esa parte cuando sale el aborigen y luego el papá se desaparece y queda la ropa sola me dá escalofríos...!!!