Absurdo: Primero aprueba una ley para aumentar el límite de velocidad, y ahora van a reducirla sin ni siquiera haber sido implantada la ley. Lo que se debería es exigir que los conductores aprobemos un examen hecho por una entidad estatal o privada dirigida (o auditada) por las aseguradoras, a las cuales si les interesa que sepamos conducir (puesto que no deberían desembolsar grandes cantidades de dinero por los accidentes).