Después del infarto que sufrí, mejor no les cuento la dieta de soldado raso a la que me han sometido y las miserables porciones que me dan.
He bajado 6 kilos, tanto así que ya luzco como niño somalí, doy lástima. En fin, todo sea por la salud y evitar otro doloroso episodio de esos.
Disfrútenlo mientras puedan muchachos, esos banquetes que se dan y los deliciosos platos que mencionan ya no los volveré a probar.
Ya somos dos. Bueno, a mí afortunadamente no me ha dado el infarto, pero para evitar llegar allá, adiós grasa, harinas y dulces y a comer ramas, granos, paisaje y todo lo que sea simple.
Eso sí, mientras pude me di gusto como quise, pero ya no tenemos 20 precisamente.