La cilindrada del motor es solo una variable con la que no se puede concluir ninguna verdad sobre el consumo. Así como tampoco se puede concluir que por tener 16 válvulas y doble árbol de levas un motor es más eficiente o económico. En el mismo bloque con 16 válvulas se debe generar más potencia que con 8 válvulas, pero no siempre se optimiza el consumo y el rendimiento. El mejor (o peor :twisted: ) ejemplo son los Aveo comparados con los Corsa o los Optra comparados con los Astra.
¿Por qué el rendimiento es tan regular en los Aveo y Optra? Es muy extraño que en Estados Unidos o Europa hablen de buenos registros en el consumo de combustible de esos carros. En Colombia todo el mundo se queja y la causa es un completo misterio. Nadie ha concluido si la culpa es del sistema de inyección, de algo en la electrónica, de la calibración del sistema de válvulas, de algún material inadecuado en el sistema de distribución, o de la caja de cambios o transmisión con relaciones equivocadas para nuestro país. Lo cierto es que al conducir un Optra o Aveo el consumo exagerado de combustible "es normal" y hay que tener pies de algodón para no arruinarse con las cuentas de la gasolina.
Los cuentos del consumo se acompañan de muchos mitos. Por ejemplo, lo que muestran las fichas técnicas generalmente es una carreta, supuestamente obtenida "en condiciones ideales", que solo sirve para vender. Observen la respuesta de un vendedor de Chevrolet cuando se le pregunta por el consumo de un Optra o un Aveo, siempre argumentan con el cuento de las 16 válvulas y el doble árbol de levas. La realidad es que en el consumo influyen muchas variables, depende de las diferentes condiciones de uso y los resultados cambian con las costumbres particulares de cada conductor.
Así, un Mazda con motor de 2 litros y caja automática, conducido por alguien que anda solo y relajado, con gasolina extra, sin aire acondicionado, en una ciudad o carretera plana y sin muchos trancones puede llegar a rendir más que un Hyundai i10, usado con gasolina corriente, con el tráfico lento de Bogotá, cargado con el cupo completo, con aire acondicionado y manejado por alguien que maneje mal, que haga arranques bruscos y revolucione en exceso el motor.
Como todos tenemos diferentes "mañas" para conducir, ninguno es comparable. Solo pueden compararse diferentes carros, con el mismo uso y la misma "pata".
Lo que si resulta válido, para las comparaciones, es que hay tecnologías (distribución variable, inyección directa, etc.) y reglajes que ayudan a optimizar el consumo de combustible. Las relaciones de las cajas de cambios y la transmisión también influyen.
En general, los desarrollos electrónicos ayudan y una "mala pata" siempre aumenta el consumo.
¿Por qué el rendimiento es tan regular en los Aveo y Optra? Es muy extraño que en Estados Unidos o Europa hablen de buenos registros en el consumo de combustible de esos carros. En Colombia todo el mundo se queja y la causa es un completo misterio. Nadie ha concluido si la culpa es del sistema de inyección, de algo en la electrónica, de la calibración del sistema de válvulas, de algún material inadecuado en el sistema de distribución, o de la caja de cambios o transmisión con relaciones equivocadas para nuestro país. Lo cierto es que al conducir un Optra o Aveo el consumo exagerado de combustible "es normal" y hay que tener pies de algodón para no arruinarse con las cuentas de la gasolina.
Los cuentos del consumo se acompañan de muchos mitos. Por ejemplo, lo que muestran las fichas técnicas generalmente es una carreta, supuestamente obtenida "en condiciones ideales", que solo sirve para vender. Observen la respuesta de un vendedor de Chevrolet cuando se le pregunta por el consumo de un Optra o un Aveo, siempre argumentan con el cuento de las 16 válvulas y el doble árbol de levas. La realidad es que en el consumo influyen muchas variables, depende de las diferentes condiciones de uso y los resultados cambian con las costumbres particulares de cada conductor.
Así, un Mazda con motor de 2 litros y caja automática, conducido por alguien que anda solo y relajado, con gasolina extra, sin aire acondicionado, en una ciudad o carretera plana y sin muchos trancones puede llegar a rendir más que un Hyundai i10, usado con gasolina corriente, con el tráfico lento de Bogotá, cargado con el cupo completo, con aire acondicionado y manejado por alguien que maneje mal, que haga arranques bruscos y revolucione en exceso el motor.
Como todos tenemos diferentes "mañas" para conducir, ninguno es comparable. Solo pueden compararse diferentes carros, con el mismo uso y la misma "pata".
Lo que si resulta válido, para las comparaciones, es que hay tecnologías (distribución variable, inyección directa, etc.) y reglajes que ayudan a optimizar el consumo de combustible. Las relaciones de las cajas de cambios y la transmisión también influyen.
En general, los desarrollos electrónicos ayudan y una "mala pata" siempre aumenta el consumo.