EL MEJOR Y PEOR CARRO QUE HEMOS CONDUCIDO

Bueno, revivo este tema porque lo tenemos algo abandonado.

Hago un recuento de lo más destacable que pude manejar en 2012. Excluyo los mencionados 740i y A7 en páginas anteriores para no repetirme.

-Hyundai i30: Que sí, que no debería tener solo dos airbags para su precio y podría caminar un poquito más, pero el i30 fue uno de esos carros que perfectamente podría ser mío por el excelente interior, ya sea por acabados, ergonomía en general o amplitud. El manejo no es que sea el más divertido pero es fácil y refinado, lo que cualquier persona necesitaría para su rutina. Este carro con la configuración para Europa puede plantarle la cara a más de un europeo tradicional sin problema, como un Mégane.

-BMW 320i: El anterior lo defendía porque cruzaba como ningún carro de esa gama, pero ese chasis estaba desperdiciado pues no es que acelerara mucho, no lo que espera alguien de un BMW. Problema resuelto y de paso incluye las mejoras del F30 sobre el E90, como un interior más entretenido de mirar, una suspensión más suave que no sacrifica en su dinámica o mayor amplitud. Pondría el 328i pero de ese ya esperaba que fuera a ser bueno, el 320i era más una incógnita.

-Nissan Juke: Absurdamente estrecho y con unos acabados y detalles impropios de su precio y controvertido aspecto exterior, pero no joda, qué vaina para ser divertida en carretera, porque no es cuestión que el motorcito turbo empuje, eso es lo esperado, sino que la palanquita de cambios es una delicia de mover y así es todo el conjunto en general. Es como un MINI Countryman, pero a este a lo mejor no le saldrán desajustes a los 2.000 kilómetros.

-Renault Duster Dynamique 4x4: Había pasado tiempo desde que manejé algo con una caja tan corta. Había momentos en el que prefería arrancar en segunda. Eso en carretera significa que la Duster recupera muy bien y aprovecha bastante ese dos litros. No es que vuele, pero se pone a la altura de algunas lomas bastante exigentes que suelo recorrer. De resto es la más amplia entre sus competidoras, con una suspensión tremendamente robusta (en tramos en el que el asfalto se acababa temporalmente, sencillamente no frenaba, seguía fresco). No es que se comporte mal si uno la exige más de la cuenta y, si acaso, nos quedan debiendo una caja automática de este siglo o un controlcito de estabilidad.

-Volkswagen Touareg 3.0 TDI: No pensé que Volkswagen le pudiera plantar la cara de esa forma a camionetas del nivel de la Clase M de Mercedes-Benz. O VW se esforzó mucho o Mercedes se durmió (o ambas). Es de los interiores mejor diseñados que recuerdo recientemente por materiales, facilidad de uso, lo que se une a un motor y una caja muy bien acoplados y un refinamiento y comportamiento prácticamente sin quejas. Pero nada es perfecto y al configurarla se les "olvidó" el pequeño detalle de ponerle techo o sensores de parqueo... y el mantenimiento a largo plazo debe ser baratico...

-Ford Mustang GT: No se podía dejar por fuera. Menos torpe de lo que esperaba y con unos modales sorprendentes para su estampa por la suavidad de su V8, la comodidad y el refinamiento en general. Llevar ese motorcito a 7.000 es una de las cosas que se quedan en la cabeza por un buen tiempo. Y también le estrené el ABS por culpa de un imbécil que se cambió de carril sin mirar... el único susto feo de 2012. Y que le hayan quitado los airbags de cortina me parece inaudito en un carro de estos.

-Volkswagen Tiguan 2.0 TSI: Interior de Audi por acabados y por estar plagado de buenas ideas y detalles ingeniosos, pero con un equipamiento mejor en la versión tope que nos dieron. La unión de motor y caja sigue siendo la mejor del segmento y sobresale que lo hace prácticamente todo bien. No destaca tanto la calidad de marcha o la posición de manejo, tirando a mala.

-Ford Escape EcoBoost 4WD: La misma fórmula de la Tiguan, pero con un motor más potente, unos acabados peores, una suspensión a años luz por calidad de marcha y puesta a punto comparada a la alemana, casi al nivel de una GLK (lo que compensa los acabados) y 20 millones más barata. Ford la sacó del estadio con esta camioneta. Lástima una posición de manejo igual de regular a la Volkswagen y una caja un poquito lenta.

-BMW M3 Coupé DKG: La misma fórmula del Mustang, pero mejor. Es ridículo que un carro con esas prestaciones pueda ser tan cómodo y a su vez eso no afecte su comportamiento. El sonido de ese V8 a 8.000 vueltas es adictivo, tanto como hacer reducciones de cambio a propósito solo para que la caja haga solita el punta y taco y haga cantar, una vez más, ese cuatro litros.

-BMW X1 xDrive20i: Otra que entra a la categoría de carros que tendría. Los acabados no son ninguna maravilla pero con el paquete M, las sillas en alcántara y ciertos detalles más vistosos compensaban en gran parte. Me sorprendió porque no esperaba una suspensión tan bien lograda y adecuada para viajar, que no le quitaba versatilidad para meterse en destapados en los que cualquier Serie 3 terminaría arrastrándose. Eso más el nuevo motor dos litros turbo de la marca y la caja de ocho cambios (que así no sea de doble embrague, la prefiero a la S-Tronic de siete cambios del grupo Volkswagen) dan un producto casi redondo. Lo triste es que muchos se irán por una Q3 porque es más bonita, pero la X1, como un todo, me parece mejor.

Menciones especiales buenas y no tan buenas:

-El motor del Skoda Fabia RS. Es chévere que un carrito que no aparenta tanto, deje tirado casi todo lo que se le cruce.

-El chasis del Alfa Romeo Giulietta, que perdona toda clase de barbaridades.

-Lo que uno se puede llegar a divertir con una Van N300.

-El motor de la RAM 2500. Corta a 3.300, osea que esto es más camión que otra cosa, pero da miedo que haga caminar a este cachalote de tres toneladas como cualquier carro más rápido que el promedio.

-Audi S6 4.0 TFSI: No hay ausencias de respuesta en su motor, solo anda como una loca y uno no se da cuenta.

-Audi A8 4.2 V8: Una vaca sorprendentemente ágil para su tamaño, pero en manejo creo que sigo prefiriendo el Serie 7. Interior precioso.

-Mahindra Thar: Es ponerle un diésel moderno a un diseño de la era de las cavernas. O camina mucho o uno va tan expuesto que se siente así... nos lo gozamos el día de presentación de la marca.

-Nissan LEAF: Acelerarlo por primera vez es una activada del control de tracción casi segura por la cantidad de torque desde ceros.

-Toyota Fortuner Urbana 4x4 aut.: Terminé cansado en solo un día de manejarla. Tal vez por esa básica posición de manejo o porque la suspensión de pick-up no está ni cinco disimulada... o por las dos cosas. No anda nada (en montaña la pedecí), la estabilidad lineal es terrible yendo a velocidad crucero de autopista y además cuesta mucho para tener un equipamiento de seguridad tan escaso. En trocha, eso sí, imbatible.

-Dodge Journey SE 2,4: La camioneta en sí es buena, pero esa caja de cuatro del peleolítico más un motor que no debería estar moviendo algo de este tamaño hace que no camine nada. Por mucho la llevé con tres a bordo. Con siete en la línea más equipaje adelantar será un deporte de alto riesgo, robándole la expresión al buen AndrésPrimera. La V6, otro cuento, anda más que sobrada, suena delicioso y consume casi lo mismo.

-Compilado de detalles de calidad del grupo Fiat: Al montarme al 500 Cult, me recibió un chillido en el asiento, después fui a cuadrar la altura del timón y todo el plástico que lo rodeaba ya estaba suelto. Un frenazo en el Alfa Romeo Giulietta fue suficiente para que la pieza alrededor del retrovisor interno saliera volando. Y el premio a la mayor cantidad de ruidos en la cabina con menos de 3.000 kilómetros de uso va para el Palio Adventure (italianos delegando a brasileños no parece una unión muy conveniente).

-Mazda3 AN FL 2,0 automático: Es inconcebible que un carro de ensamble nacional tenga unas relaciones de caja tan ridículamente largas. Un desperdicio a tan buen motor y a tan buen carro en el manejo general.

-Chery Xcross: "Eso pongamos el tablero de instrumentos en la mitad para que se vea chévere"... lástima que los diseñadores no tuvieron en cuenta que el aro del timón tapa el minúsculo tacómetro. O que la bandeja cubre-equipaje puede cortar algunos dedos... en cierto país al norte ya estarían demandados. De resto, el mejor chino que recuerdo haber manejado.

-MG350: De cómo cobrar más que el promedio en el segmento por un carro desconocido con un motor diminuto, una caja larga que lo hace aún más lento y ninguna característica que lo haga resaltar. Si alguien compra esto, es porque están muy bien mercadeados.

-Subvirador del año 2012: Audi Q7 3.0 TDI, nunca había apuntado con tanta determinación al vértice de uno de los curvones de Tocancipá... nunca había pasado tan lejos del mismo. El del 2011 fue el Camaro SS, el de 2010 el Cadenza. ¿Cuál irá a ser el subvirador del año 2013?

Revivo este tema porque después de poco más de un año tengo un nuevo número 1:

-Porsche Panamera Turbo S:

El carro no es el más bonito del mundo, no cautiva por sus líneas sino por todo lo demás. La unidad que me "tocó" estaba cargada de extras opcionales, pintado en una suerte de café con los rines en el mismo tono (se veía un poco ostentoso) y el interior en un precioso color chocolate con techo en alcántara, apliques de aluminio y cuero en tablero y puertas.

Pocas veces me he montado en algo tan impecablemente acabado y que además huela tan bien. Hay detalles más trabajados de lo normal... por ejemplo, si en un Serie 7 el cojín que se expande en la banqueta se separa de la misma cuando uno lo acomoda (así), aquí, para que el asiento se siga viendo completo, es como si se expandiera. Es solo una de tantas curiosidades que uno encuentra y que muestran el esmero al hacer el carro, porque más allá de los materiales, que obligadamente tienen que ser buenos, es el ajuste y la sensación de durabilidad y robustez, porque estas son unidades de pruebas con una vida muy dura y el único signo de desgaste era si acaso que una de las puertas chillaba un poco al abrirla (la del conductor, obviamente).

Cualquiera que esté acostumbrado a un carro moderno de este segmento no tardará en entender a la cantidad de botones, pues básicamente son las funciones típicas de cualquier otro equivalente como la climatización independiente en las cuatro plazas tanto en temperatura como en velocidad del ventilador y modos de soplado, a eso sumarle la gestión de la caja y el manejo en general, los dos sonidos posibles del escape o hasta el plegado manual del alerón, entre otras cosas.

Al ser puro manejo en circuito (si bien estuve todo el día conviviendo con el Panamera y otros carros), me quedaba la intriga de cómo sería la calidad de marcha. Cuando nos pusimos alegres una vez me aprendí el trazado, en más de una ocasión mandé el carro contra los pianos sin compasión y yendo en modo "Sport Plus". La suspensión –neumática– se los tragó sin hacer mayor ruido y sin transmitirme un solo movimiento seco... todo mientras era capaz de ir dando curvas abiertas a 160 con la mayor tranquilidad del caso (seguro las aguanta a mucho más). En un punto fue tanta la confianza que ya aceleraba sin compasión en pleno vértice en una horquilla y los 550 caballos (y el grosero torque desde abajo) lo lanzaban despedido a uno pero solo con un movimiento de cola fácil de controlar... sin dramas, sin esfuerzos, sin estrés, otro sería el cuento si esto fuera solo tracción trasera. La agilidad con la que cambia de dirección este barco pero a su vez con ese aplomo es algo que deja a los Serie 7 y A8 que he manejado como máquinas torpes sin que lo sean y me hace pensar que tal vez sería mejor compararlo con un más ágil A7 o Serie 6 Gran Coupé. Esa dirección que no necesita ser demasiado dura para ser tan precisa e intuitiva es otra de las cosas que me llamó la atención, sin hablar obviamente de los frenos, que en todo caso no exigí a fondo pero nunca me dieron problemas para parar lo necesario, nunca me clavé de más o nunca me vi en aprietos hundiendo el pie más de lo esperado.

Aquí el tema es de equilibrio, porque un 911 Turbo S es fácilmente más rápido, es un condenado cohete, pero este Panamera es una mezcla de rapidez, estabilidad, sensación de manejo (qué tanto o poco lo aíslan a uno), comodidad, practicidad y atención al detalle que no recuerdo en otro carro que haya manejado y que tal vez no vaya a ser superada en mucho tiempo. Llegué con las ganas de exigir más el mencionado 911 que cito renglones más arriba, lo hice y lo gocé en su estilo (esa cosa pide muchas bolas para poderlo aprovechar al máximo) pero terminé enamorado del dichoso Panamera.

Ya sé entonces qué carro me compraré cuando me gane el Baloto...