Hoy se subió un nuevo candidato al número 2: Audi S8
Queda de segundo en mi top 5 porque siendo una lancha de perfil similar al Panamera Turbo S (el primero), no logra esa perfección dinámica del Porsche, pero pues en ese nivel es sencillamente menos excelente.
Empiezo por el motor. Ese V8 de doble turbo ya lo conocía en el S6 y con caja S-Tronic. Aquí es con caja Tiptronic de ocho velocidades y no son 420 sino con 520 caballos, del torque ni hablar. La forma de arrancar del carro, si se iguala el acelerador y el freno, es algo que rara vez he experimentado. No más le faltaba levantar la trompa porque sencillamente parece ilógico que una mole de ese tamaño salga disparada así. Incorporarse a una autopista o trepar una carretera de montaña es una tarea fácil, ridícula... de un momento a otro todos los otros carros comienzan a estorbar porque es perfectamente natural ganar y mantener velocidades superiores al promedio del tráfico solo tocando el acelerador, pues respuesta hay de sobra incluso poco abajo de 2,000 rpm... al pisarle a fondo se oye una suerte de susurro de V8 de fondo mientras la aguja del velocímetro sube estúpidamente rápido y el ruido del viento aumenta un poco, pero solo un poco, como si nada pasara. Hay que poner mucha atención pues engaña tanto aislamiento del ambiente (en ese sentido el Panamera transmite más cosas de afuera sin mermar en nada la sensación de seguridad).
La caja está adaptada al perfil de una berlina de estas y es lo suficientemente rápida, si acaso siendo un poco más tosca en modo Dynamic, dejando sentir más los cambios, manteniendo regímenes más altos y endureciéndose de paso la excelente dirección, de una asistencia y rapidez perfectas en cada situación y una información suficiente para lo que se necesita en un carro de este tipo. En gran parte dicha dirección hace que maniobrar esta vaca sea muchísimo más fácil de lo que parece.
La enorme diferencia con el Panamera está al momento de cruzar. Aún con la suspensión en modo deportivo (que lo hace menos cómodo, porque sigue rodando con una suavidad que relaja), se inclina y cabecea notoriamente, pero el agarre está y las llantas sufren de lo lindo. Ayuda el quattro, el diferencial activo atras y un control de estabilidad oportuno. Si uno definitivamente abusa del carro, terminará, por supuesto, yéndose de nariz al mejor estilo Audi (situación en la que el Panamera e incluso un Serie 7, creería, aguantarían un poco más).
Termino con el interior. Los asientos multi-contorno no dan pie a queja alguna pues puede regularse casi todo (longitud del cojín, soportes laterales arriba y abajo, división del respaldo... etc), sumado a las funciones de masajes y al enfriamiento complementando a la ya común calefacción. Me encantó que la atención al detalle llega al punto de eliminar la división que normalmente hay entre el tejido del paral A y el recubrimiento del techo. Aquí lo resolvieron para que todo fuera una pieza. Descarado que la altura del cinturón se gradúe eléctricamente.
Algunas útiles opciones en la unidad manejada eran las diversas cámaras que simulaban una vista aérea al parquear o aquellas que sirven al momento de sacar la larga trompa o la cola de un cruce con poca visibilidad. La visión nocturna muestra con cierto anticipo personas y las encierra en un cuadro amarillo, aunque en mi caso no reconoció un ciclista. No me gustaron los faros 100% LED sin iluminación dinámica pero eso ya se solucionó con los Matrix LED presentados hace poco en Frankfurt.
Y cierro con algo que me encantó: lo discreto. No aparenta ni de lejos el animal que es y si acaso solo lo reconoce alguien cercano al tema de los carros.
Queda de segundo en mi top 5 porque siendo una lancha de perfil similar al Panamera Turbo S (el primero), no logra esa perfección dinámica del Porsche, pero pues en ese nivel es sencillamente menos excelente.
Empiezo por el motor. Ese V8 de doble turbo ya lo conocía en el S6 y con caja S-Tronic. Aquí es con caja Tiptronic de ocho velocidades y no son 420 sino con 520 caballos, del torque ni hablar. La forma de arrancar del carro, si se iguala el acelerador y el freno, es algo que rara vez he experimentado. No más le faltaba levantar la trompa porque sencillamente parece ilógico que una mole de ese tamaño salga disparada así. Incorporarse a una autopista o trepar una carretera de montaña es una tarea fácil, ridícula... de un momento a otro todos los otros carros comienzan a estorbar porque es perfectamente natural ganar y mantener velocidades superiores al promedio del tráfico solo tocando el acelerador, pues respuesta hay de sobra incluso poco abajo de 2,000 rpm... al pisarle a fondo se oye una suerte de susurro de V8 de fondo mientras la aguja del velocímetro sube estúpidamente rápido y el ruido del viento aumenta un poco, pero solo un poco, como si nada pasara. Hay que poner mucha atención pues engaña tanto aislamiento del ambiente (en ese sentido el Panamera transmite más cosas de afuera sin mermar en nada la sensación de seguridad).
La caja está adaptada al perfil de una berlina de estas y es lo suficientemente rápida, si acaso siendo un poco más tosca en modo Dynamic, dejando sentir más los cambios, manteniendo regímenes más altos y endureciéndose de paso la excelente dirección, de una asistencia y rapidez perfectas en cada situación y una información suficiente para lo que se necesita en un carro de este tipo. En gran parte dicha dirección hace que maniobrar esta vaca sea muchísimo más fácil de lo que parece.
La enorme diferencia con el Panamera está al momento de cruzar. Aún con la suspensión en modo deportivo (que lo hace menos cómodo, porque sigue rodando con una suavidad que relaja), se inclina y cabecea notoriamente, pero el agarre está y las llantas sufren de lo lindo. Ayuda el quattro, el diferencial activo atras y un control de estabilidad oportuno. Si uno definitivamente abusa del carro, terminará, por supuesto, yéndose de nariz al mejor estilo Audi (situación en la que el Panamera e incluso un Serie 7, creería, aguantarían un poco más).
Termino con el interior. Los asientos multi-contorno no dan pie a queja alguna pues puede regularse casi todo (longitud del cojín, soportes laterales arriba y abajo, división del respaldo... etc), sumado a las funciones de masajes y al enfriamiento complementando a la ya común calefacción. Me encantó que la atención al detalle llega al punto de eliminar la división que normalmente hay entre el tejido del paral A y el recubrimiento del techo. Aquí lo resolvieron para que todo fuera una pieza. Descarado que la altura del cinturón se gradúe eléctricamente.
Algunas útiles opciones en la unidad manejada eran las diversas cámaras que simulaban una vista aérea al parquear o aquellas que sirven al momento de sacar la larga trompa o la cola de un cruce con poca visibilidad. La visión nocturna muestra con cierto anticipo personas y las encierra en un cuadro amarillo, aunque en mi caso no reconoció un ciclista. No me gustaron los faros 100% LED sin iluminación dinámica pero eso ya se solucionó con los Matrix LED presentados hace poco en Frankfurt.
Y cierro con algo que me encantó: lo discreto. No aparenta ni de lejos el animal que es y si acaso solo lo reconoce alguien cercano al tema de los carros.
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