Me encanta la "visión" de quienes han planificado y planifican las obras de infraestructura en el país: todo ras con ras (y menos, si es posible), estudios incompletos o chambones, mala estructuración de los proyectos... :roll:
No arrancan inversiones en el túnel de La Línea
Oswaldo Vargas Pinzón
Bogotá. La cifra prevista para este año (Plan anticíclico de Planeación Nacional) suma $210 mil millones. Sin embargo, ejecutar estos recursos en seis meses no será una tarea fácil.
El Invías explica que una fecha de inicio sólo dependerá de los diseños del contratista, de la licencia ambiental y la compra de predios.
Aunque no se conoce una fecha precisa para empezar la excavación del ducto, se conoció que entre junio y julio se pueden ver los primeros trabajos.
Administraciones como la del expresidente Andrés Pastrana, sucumbieron ante la imposibilidad de brindar el aseguramiento adecuado a los potenciales constructores. En el Gobierno actual se logró construir el túnel piloto y se consiguieron los recursos para el ducto principal.
Aunque finalmente se logró en diciembre de 2008 la contratación de la obra (túnel principal y doble calzada), el daño en la economía ya está hecho.
En diálogo con LA REPUBLICA, el director de Análisis y Programación Sectorial de la Vicepresidencia de Infraestructura de la CAF, Francisco Wulff, aseguró que los atrasos en la construcción se ven reflejados en el crecimiento del país.
“Los efectos que genera un atraso del desarrollo de la infraestructura están relacionados con las limitaciones del crecimiento de su economía por condiciones negativas que se reflejan en altos costos de transporte, demora en tiempos de entrega, alto riesgo de pérdidas por accidentes, lo cual se resume en bajos niveles de competitividad”.
No obstante, reiteró que este tipo de hechos no sólo se presentan en Colombia y que es “común observar las dificultades de los procesos administrativos de los gobiernos en los distintos países de la región que impiden cumplir con los cronogramas de contratación y ejecución de las obras públicas”.
La CAF, que financió buena parte de los recursos del túnel de La Línea, pidió mayor coordinación institucional. “Es necesario seguir trabajando entre las partes en la revisión de la viabilidad de los proyectos, el fortalecimiento institucional de los organismos públicos involucrados en su ejecución y la revisión de los procedimientos administrativos de contratación. Es importante la opinión de gobierno, empresa privada y entidades financieras”, aseguró el directivo.
Palo en la rueda
En la actualidad, estudios deficientes, problemas ambientales y volcán Machín se convierten en sombras de la obra.
En un reciente corte de cuentas realizado por la Contraloría General de la República (CGR), el ente de control advirtió por el riesgo que representan los anteriores aspectos.
“Existe un desfase en los cálculos de la demanda en el trayecto Cajamarca – Calarcá. Históricamente se movilizan por esta vía más automóviles que buses, y los registros de paso de camiones no supera 60 por ciento cuando se espera que el año entrante llegue a 70 por ciento. Si la demanda esperada no se construyó sobre la base del comportamiento real del tráfico, se podría presentar desequilibrio financiero ya que son los camiones y los buses los que más tarifa pagan”, señaló la Contraloría.
Otro factor, menor previsible, está ubicado a siete kilómetros de Cajamarca, 17 de Ibagué y 30 de Armenia y “tiene un gran potencial explosivo que permite catalogarlo como uno de los más peligrosos de Colombia”. Se trata del volcán Machín, que según la misma CGR no fue tenido en cuenta en los documentos Conpes y pliegos de licitación que dieron vida al contrato actual.
“Lo mínimo que se esperaría es que una vez tomada la decisión de construir el ducto principal, se organice un plan de prevención y emergencia que permita reaccionar frente a la ocurrencia de posibles sismos y actividad volcánica, a partir de una evaluación de riesgos en la zona de amenaza”.
Al respecto, el Invías explicó que en “este aspecto (volcán Machín) si se tuvo en cuenta así no se haya nombrado en los documentos y el asunto se mantiene en estudio en conjunto con el Ingeominas”.
Con respecto a las potenciales fallas en los cálculos de tráfico, el Invías contestó que “las proyecciones se realizaron según el comportamiento del corredor y las tendencias económicas de crecimiento que tenía el país. Por lo tanto la apreciación de la Contraloría respecto a que el porcentaje de buses y camiones puede disminuir no puede ser cierta puesto que el comportamiento histórico del corredor ha sido similar durante muchos años”.
El tiempo dará la razón.
Críticas
Para el director técnico de la Cámara Colombiana de Infraestructura (CCI), Jorge Marín, el actual Gobierno no podía apresurar la contratación debido a que era necesario concluir la excavación del túnel exploratorio. No obstante, expresó su preocupación por la decisión de contratar un solo ducto.
“El túnel que se empieza a ejecutar este año sólo atiende el flujo vehicular en el sentido Bogotá – Buenaventura, es decir, el dedicado a las exportaciones. Sin embargo, los importadores tendrán que seguir subiendo toda la cordillera para traer los productos a los centros de consumo”, explicó Marín.
Con la estructura se pretende aumentar la velocidad de los vehículos.
Negocios
El alcalde de Calarcá, Carlos Enrique López, demandó del consorcio constructor, Segundo Centenario, contratar bienes y servicios del municipio para que el impacto social y económico que generará este proyecto, el más importante ejecutado en el país y que los calarqueños han esperado por más de 50 años, toque a esta población de 77.000 habitantes.
López igualmente llamó la atención del Gobierno en la necesidad de construir una doble calzada entre Calarcá y La Paila (vía al Valle), para que el flujo de vehículos que se espera en el trayecto fluya sin generar problemas de tráfico al municipio.
Dudas ambientales por el proyecto
Teresita Celis
Calarcá, Quindio. La quebrada La Gata no es hoy ni la sombra de lo que era antes de 2005. La fuente hídrica, de la que se surtían 1.100 pobladores de cuatro veredas de Calarcá (Quindío), hoy es un pequeño hilo de agua que apenas alcanza a fluir.
La Gata, que nace en un predio encima de donde se construyó el túnel piloto de La Línea, es una de las no menos de diez fuentes de agua del área de influencia del proyecto, que los habitantes de la zona, según cuentan, han visto en los últimos tres años desaparecer una tras otra.
En el estudio de impacto ambiental del proyecto del túnel de La Línea fase I, que se debe realizar para el Plan de Manejo Ambiental que se otorga con la licencia, estaba contemplada la filtración de aguas superficiales hacia la obra lo que evidencia, en efecto, o merma de los caudales de los afluentes o, como sucedió en este caso, desaparición de las fuente porque entraron al túnel.
El problema, dijo Campo Elías Bermúdez, campesino propietario de la finca Galicia, dedicada a la ganadería, ubicada justo encima del túnel piloto, es que las autoridades sólo actuaron cuando los habitantes sacaron a flote la problemática ambiental.
“Estuve 34 días cargando agua para abastecer la finca asumiendo esos costos. Hoy le estoy cobrando al Invías 2,6 millones de pesos de los fletes del transporte del líquido porque es justo que lo reconozcan”, sostuvo.
La quebrada La Gata, o lo que queda de ella, nace en el predio de Bermúdez y aunque el Invías construyó un acueducto para surtir del líquido a las personas que se vieron afectadas, los temores por las obras del túnel principal siguen.
El subdirector de Control y Seguimiento de la Corporación Autónoma Regional del Quindío (CRQ), Carlos Ariel Truque, señaló que la licencia ambiental para las obras del proyecto, adjudicadas en diciembre al consorcio Segundo Centenario, no la conocen en su totalidad, ni los términos, ni ajustes.
Sostuvo que esperan conocer en su totalidad la licencia antes de que inicien los trabajos, pues la proyecto tiene altas repercusiones que deben ser mitigadas.
“Si vemos que no se cumple el plan de manejo ambiental no dudaremos en suspender las obras para solicitar que se adecuen a él”, sostuvo.
Sin embargo, entre la comunidad siguen los temores. “Yo construí un acueducto propio que se abastece de una quebrada del sector, porque me quedé sin agua. Hoy temo que cuando se inicien las obras del túnel definitivo vuelva a tener problemas con el suministro de agua”, dijo Germán Andrade, administrador del Parador Oasis, en la vereda Buenos Aires Alto.
El profesional en asuntos ambientales de la Alcaldía de Calarcá, Víctor Alonso García, dijo que hoy los habitantes que viven cerca de las obras siguen con problemas en el suministro.
Néstor Ocampo, director de la Fundación Ecológica Cosmos de Calarcá, alertó sobre la posibilidad de que este municipio sufra por agua porque el proyecto anuló una de las cuatro fuentes por contaminación, El Salado, que surte el acueducto.
“Son problemas que surgieron con las obras del túnel piloto, ¿qué puede pasar ahora que empiezan las del definitivo?”, agregó.
Por esto Conlínea, constructor del túnel piloto, tienen una multa impuesta por la CRQ que supera los 100 millones de pesos.
Explicaciones del Invías
El director de Invías, Enrique Martínez, dijo en una Agenda Ciudadana en Calarcá, que no niega que un proyecto como este tenga incidencias ambientales, pero enfatizó que no todo se le puede adjudicar al túnel. “Queremos que la Contraloría nos acompañe en el seguimiento.
Estamos dispuestos a asumir los problemas que se generen siempre y cuando se deriven de la obra”, sostuvo al añadir que una obra como el túnel no podía pasar sin que existan efectos ambientales. “El Plan de Manejo Ambiental es susceptible de cambios”.