Volví a probar la X3 xDrive30i, pero Premium 2020, con el Live Cockpit Professional.
iDrive 7.0 es muy parecido a MBUX (comandos por voz, pantalla táctil y mando físico). No obstante, la organización de los menús es algo mejor mejor que MBUX, así como la ruedita en la consola central podría gustarles más a algunas personas que el touchpad de MBUX. El navegador nativo es excelente. El "BMW Genius" tenía un iPhone y CarPlay funcionaba divinamente.
El cluster de instrumentos no es tan "personalizable" como el de los MB: cambian nada más los colores y fuentes de velocímetro y tacómetro (van fijos a izquierda y derecha de la pantalla) según el modo Ecopro, Comfort, Sport/Sport+/Sport Individual; en el centro se puede poner el navegador y a la derecha se puede variar entre información de audio, uso de potencia y torque, aceleración en gravedades, cambio, consumos, entre otros).
Cosas que no tiene la GLC 300 y me agradan: asientos delanteros completamente eléctricos y con memorias para el conductor, climatizador trasero (no solamente salidas de aire) de muy buen funcionamiento, una cortinilla del techo corredizo en un material que deja pasar menos luz solar, rines de 19", poder escoger la combinación de colores interior (entre Sensatec negro o beige) y exterior (en función del inventario) y no dejarlo a la suerte (si llegaron a traer una GLC con interior claro, está de buenas).
Creo que el funcionamiento en Eco Pro mejoró en la 2020, casi no se nota el Auto Start/Stop y el acelerador es un poco más directo. Ciertamente es más durita que la GLC 300 por calibración de suspensión y llantas runflat, pero la calidad de marcha la sentí más pulida (puede ser por las llantas Cinturato y no Turanza/Arenza) que en la 2019. Tanto dirección como caja son impecables.
La atención ya en el concesionario principal Autogermana (y no en una feria/muestra temporal) es como uno esperaría en una marca premium.
En todo caso, la decisión entre una X3 y una GLC es un bonito problema.
P.D.: La que vi en octubre, con cuero Mokka, fue una rareza. Chévere al que le tocó.
