LO BARATO SALE CARO. Después de un golpe al pasar por un hueco, el velocímetro de mi Twingo comenzó a fallar: En marcha, de repente quedaba en cero por un buen rato y sin razón alguna volvía a marcar. Lo llevé a donde un mecánico de confianza quien sacó el dispositivo, lo rajó en dos partes, lo limpió porque estaba lleno de aceite, lo pegó con pegante instantáneo y cautín, lo puso y volvió a funcionar. Eso valió $20 mil, pero al cabo de 2 semanas volvió a fallar.
Me fui a un almacén de repuestos donde me vendieron el dispositivo a $60 mil, e instalarlo valió $20 mil, sin embargo marcaba una velocidad más o menos la mitad de la real. Tocó retirarlo, fui por garantía y me dieron uno de una marca COGEFA, supuestamente francés. Lo instalé, otros $20 mil, y la velocidad que marca este a veces más cercana a la verdadera pero errática, unas veces 5km por encima y de repente se baja.
No me gusta tener el velocímetro así loco, así que el cambio en Sanautos quedó cotizado por $210 mil, porque además le cambian una guaya. En resumidas cuentas: Me gasté $100 mil en un repuesto chimbo y mano de obra, además del tiempo, tan valioso que es.
Lo barato sale caro.
A lo que le dijo Gonzalo Avellaneda, que fue casi todo, yo le agrego: Normalmente cuando cambian correa de repartición se debe cambiar la del aire acondicionado, pregunte si eso lo hicieron. Uno de los puntos flacos son las puertas: Mire si cierran fácil o si hay que empujarlas con más fuerza, si los vidrios bajan y suben bien, dele una vuelta, prenda el aire acondicionado y déjelo encendido un buen rato mientras charla a ver cómo enfría. Este tipo de cosas suelen arreglarse con mantenimientos, pero ayudarán a darle una imagen de cómo está el carro.