La noticia va por la misma línea de la anterior:
CRISIS CON COLOMBIA AFECTARA ENSAMBLAJE NACIONAL
La serie de obstáculos que está poniendo el gobierno de Hugo Chávez a un comercio más fluido con Colombia terminará por afectar el ensamblaje venezolano de vehículos.
Los fabricantes colombianos de autopartes han sido proveedores confiables de las ensambladoras que constituyen la industria automotriz venezolana, suministrándole arneses completos, embragues, partes de sistemas de frenos (tambores y discos), vidrios, filtros, partes de suspensión (espirales y ballestas), etc.
La forma como el gobierno precipitó el congelamiento de las relaciones políticas y comerciales con Colombia, no dará tiempo a que los autopartistas venezolanos puedan asumir la responsabilidad de desarrollar las piezas y partes que venían de Colombia, tarea que requeriría en algunos casos hasta un año o más. Se estima que por lo menos 15 autopartistas colombianos, a quienes por cierto aún no se les cancelan sus facturas en dólares, verían entorpecidas en el corto plazo el cumplimiento de sus compromisos con las ensambladoras venezolanas.
El gobierno ha intentado invitar a los autopartistas argentinos y luego a los brasileños para que se instalen en Venezuela, pero igualmente no tendrán tiempo para producir sin que se altere el normal abastecimiento de las ensambladoras y del mercado.
Vale la pena recordar que el 31 de diciembre vence el Convenio Automotor Andino, por el cual las piezas producidas en Colombia y Ecuador son consideradas como nacionales a los efectos de la obligatoriedad de integración de autopartes en el ensamblaje de vehículos según la política automotriz, si bien esos materiales productivos disfrutarán del cero arancel hasta mayo del 2011, cuando vence el plazo a las preferencias arancelarias de la Comunidad Andina de Naciones, a la que renunció Venezuela por una polémica y nunca económicamente bien sustentada posición del régimen de Chávez.
Por otra parte, a los observadores no les ha pasado desapercibido las incoherencias entre instancias gubernamentales venezolanas, como lo son la falta de coordinación entre el Ministerio del Comercio (Eduardo Samán) y el Ministerio responsable de las Industrias Intermedias (Jesse Chacón), asumiendo el primero una posición radical en contra de la industria y las empresas del sector, mientras que el segundo intenta formas de trabajo conjunto como ha sido la instalación de una mesa técnica para evaluar y revisar la política automotriz, con miras a su adecuación a los retos que plantea en el corto plazo la obligatoriedad de importar todos los motores desarmados y de aumentar del 35 a más del 50% la integración de partes nacionales en el ensamblaje nacional de vehículos.
CRISIS CON COLOMBIA AFECTARA ENSAMBLAJE NACIONAL
La serie de obstáculos que está poniendo el gobierno de Hugo Chávez a un comercio más fluido con Colombia terminará por afectar el ensamblaje venezolano de vehículos.
Los fabricantes colombianos de autopartes han sido proveedores confiables de las ensambladoras que constituyen la industria automotriz venezolana, suministrándole arneses completos, embragues, partes de sistemas de frenos (tambores y discos), vidrios, filtros, partes de suspensión (espirales y ballestas), etc.
La forma como el gobierno precipitó el congelamiento de las relaciones políticas y comerciales con Colombia, no dará tiempo a que los autopartistas venezolanos puedan asumir la responsabilidad de desarrollar las piezas y partes que venían de Colombia, tarea que requeriría en algunos casos hasta un año o más. Se estima que por lo menos 15 autopartistas colombianos, a quienes por cierto aún no se les cancelan sus facturas en dólares, verían entorpecidas en el corto plazo el cumplimiento de sus compromisos con las ensambladoras venezolanas.
El gobierno ha intentado invitar a los autopartistas argentinos y luego a los brasileños para que se instalen en Venezuela, pero igualmente no tendrán tiempo para producir sin que se altere el normal abastecimiento de las ensambladoras y del mercado.
Vale la pena recordar que el 31 de diciembre vence el Convenio Automotor Andino, por el cual las piezas producidas en Colombia y Ecuador son consideradas como nacionales a los efectos de la obligatoriedad de integración de autopartes en el ensamblaje de vehículos según la política automotriz, si bien esos materiales productivos disfrutarán del cero arancel hasta mayo del 2011, cuando vence el plazo a las preferencias arancelarias de la Comunidad Andina de Naciones, a la que renunció Venezuela por una polémica y nunca económicamente bien sustentada posición del régimen de Chávez.
Por otra parte, a los observadores no les ha pasado desapercibido las incoherencias entre instancias gubernamentales venezolanas, como lo son la falta de coordinación entre el Ministerio del Comercio (Eduardo Samán) y el Ministerio responsable de las Industrias Intermedias (Jesse Chacón), asumiendo el primero una posición radical en contra de la industria y las empresas del sector, mientras que el segundo intenta formas de trabajo conjunto como ha sido la instalación de una mesa técnica para evaluar y revisar la política automotriz, con miras a su adecuación a los retos que plantea en el corto plazo la obligatoriedad de importar todos los motores desarmados y de aumentar del 35 a más del 50% la integración de partes nacionales en el ensamblaje nacional de vehículos.