General del grupo BMW

Algunas impresiones del i8:

-Viéndolo en un sitio "real", fuera del stand de un Salón del Automóvil, uno cae en cuenta de lo futurista que es. Parece traído del 2030, casi que me pasa lo mismo con el i3 pero en menor medida.

-Por dentro tiene su chiste la entrada, la puerta no es muy grande y la estructura (es maravilloso todo el compuesto de fibra de carbono visible) condiciona que uno no se monte al carro sino que se "caiga" en él. Hay que superar un enorme estribo antes del asiento pero creo que me costó más bajar y subirme de un SLS. A mí no me fue tan mal, pero al fotógrafo, algo más "cebado" y con algunos añitos más, le costó. Clave dejar el cinturón en una pieza que lo retiene en el asiento, de lo contrario hay que estirarse para alcanzarlo. Los asientos de atrás son un chiste, típico en este tipo de carros... solo que el baúl también lo es y solo lo hay atrás (el capó solo se puede abrir en el taller y no tiene ninguna función práctica).

-Por dentro no transmite esa exquisitez del i3 y sorprenden más las formas, volúmenes y las líneas azules de la iluminación ambiental sobre alguna rareza más de uso. Los instrumentos son digitales y cambian de acuerdo al modo (en Sport hay un tacómetro a la derecha, en ECO PRO y Comfort un indicador del uso del modo eléctrico y de cuando carga), mientras la palanca de cambios es como la de cualquier otro BMW, solo que de otro color y con una diferencia clave: el modo Sport no se elige con el mando que escoge el "ECO PRO" o el "COMFORT", sino que se pone por default al pasar la palanca a "manual".

-Como en buen BMW, hay muy buenos acabados con otros que deslucen del conjunto. Por poner un ejemplo de algo que cuesta lo mismo, un Porsche 911 está mucho mejor hecho en general. Hay cuero de muy buena calidad en gran parte de las superficies, pero las que lucen metálicas y deberían ser metal, terminan siendo plástico. Los asientos en la unidad que me tocó eran básicos, sin apoyo lumbar (tenía más ajustes el 435 Gran Coupé que estábamos usando como carro de apoyo), aunque excelentes de todas maneras. Se le perdonan los deprimentes parasoles porque en un producto de este perfil son de menor importancia.

-No es tan bajito como uno creería pero sí es todo lo duro que uno esperaría de un coupé así. Es más duro que un M4 y creería que también más que un 911 o un Jaguar F-Type. Y creo que no lo es tanto por una graduación rígida (el carro no es ruidoso ni pega impactos feos), sino porque el recorrido es mínimo. En curva ni se mueve y hasta en un puente en medio de una de las rectas rápidas que normalmente tomo, llegué a saltar cuando normalmente ese puente solo hace que haya mucha extensión del amortiguador.

-Hay que asegurarse de llevar buena carga de la batería para que de todo su potencial. Con ambos motores trabajando, la aceleración es rara, es la de un muy buen turbocargado pero eliminando esa fase inicial sin tanto empuje. Sale sin ningún retraso y agota –también ayudado por la excelente caja– los cambios con rapidez (a 6,500) con un sonido ronquísimo que uno identifica de inmediato como el tres cilindros del MINI Cooper, pero parece que lo hubieran metido en una caja de resonancia. Se que es falso y una parte llega por los parlantes ... pero no me importó, divierte y está a la altura del aspecto y el concepto del i8. En carretera la gracia es ir en Sport (en la que nunca apaga el 1.5) pues en ECO PRO y Comfort tiende a querer activar más tiempo el modo eléctrico, agotando la batería. Si se lleva en Sport y no se va todo el tiempo a fondo, uno puede llegar a ciudad con buena carga para que el consumo de gasolina sea mínimo (el tanque no es muy grande) o, simplemente, pasarlo a modo EV y moverse solo con electricidad (el rango da perfectamente para más de un recorrido casa-trabajo diario).

-La dirección es tan rápida como la del i3, reacciona con una tremenda inmediatez y se deja llevar muy bien en curvas, trazando con unos movimientos pequeños, naturales. Es más artificial que en otros BMW por lo que transmite pero está muy bien graduada en su asistencia... y eso que no llega a ser demasiado dura. Entrando muy duro a una curva y acelerando con decisión a la salida, da una extraña sensación en la que a veces es un tracción trasera por cómo se mete la trompa, pero después entra el eléctrico a asistir el eje de adelante y pega unos jaloneos medio raros. Al final del día, y tal vez por las delgadas llantas de adelante, el carro opta por lo seguro y tiende a irse de frente... no tiene ese carácter bravo y sobrevirador de otros BMW con la misma potencia y torque. Me gustó que el freno, así sea regenerativo, no muestra esa rigidez extraña de otros híbridos o algunos eléctricos. Y como no es algo de uso solo urbano, el acelerador no retiene con solo soltarlo, como en el i3 que casi se maneja con un pedal.

Yo la verdad no lo veo como un competidor directo de los deportivos de su precio. Es más bien un complemento a las experiencias tan distintas que pueden haber entre un 911 o un F-Type (mis referencias directas)... el i8 es distinto a estos y a todo lo demás por cómo se ve y por cómo hay que adaptarse a él en su manejo, lo que no cuesta mucho entender así sea una máquina tan compleja. Tiene sus sacrificios prácticos y por dentro, así sea precioso, podría estar aún mejor, pero con esa imagen y esa propuesta de ingeniería es una alternativa muy válida a cualquier automóvil de capricho tradicional. Da gusto que existan ideas así, que alguien las pueda comprar y que no solo sea una locura que se quedó como concepto de exhibición.