Por donde yo vivo la ruta de Transmilenio me queda en la mi..., o sea que no me sirve y por lo tanto no lo sé usar. Las veces que he montado solo las puedo contar con una mano de algún Simpson, de resto han sido otro par con mi papá o con algún amigo.
Siendo así, y no teniendo carro, de lunes a viernes, por la mañana y por la tarde, me toca la experiencia del bus. Cuando iba hasta la universidad era un caos, los choferes se empeñan en subir y subir y subir gente como si "llevaran bultos de papa y no gente", como dice mi mamá. Es incómodo, ir sentado se vuelve un privilegio y si le va bien el chofer es uno de esos a los que le salió el pase en un tamal. Creen que van un hot-hatch por una vía desocupada y por lo tanto van en zig-zag, frescos, se le meten al que sea, no le dan paso a nadie ni por error (una direccional de un carro parece que estuviera conectada con la parte del cerebro que les dice que aceleren) y frenan en seco. Súmenle entonces los trancones, otros 974947937550436543 buses haciendo lo mismo, y tendrán así la respuesta a lo que se vive aquí. Es una mierda.
Sí, hay veces que uno está de buenas y el bus no va tan lleno; sí, hay veces que el trancón permanente es más "agil"; sin embargo nada de eso disculpa el hecho que esta ciudad es un caos. Transmilenio ayudó, hay que aceptarlo, pero fue como un "pañito de agua tibia". Aún nos falta mucho... muuuuuucho. Sí, dicen que nos quejamos mucho del transporte público, que seremos "chillones" porque nos toca coger bus en vez de carro, pero es que en lo que uno paga de un carro está incuido algo que se llama comodidad. Priceless! Sí, estará uno metido en un trancón gran parte del tiempo, pero está en su carro, cómodo, sin la "entrepierna"/codo/cabeza/extremidad de algún individuo en constante frotación y evitándose quién sabe qué más.
Siendo así, y no teniendo carro, de lunes a viernes, por la mañana y por la tarde, me toca la experiencia del bus. Cuando iba hasta la universidad era un caos, los choferes se empeñan en subir y subir y subir gente como si "llevaran bultos de papa y no gente", como dice mi mamá. Es incómodo, ir sentado se vuelve un privilegio y si le va bien el chofer es uno de esos a los que le salió el pase en un tamal. Creen que van un hot-hatch por una vía desocupada y por lo tanto van en zig-zag, frescos, se le meten al que sea, no le dan paso a nadie ni por error (una direccional de un carro parece que estuviera conectada con la parte del cerebro que les dice que aceleren) y frenan en seco. Súmenle entonces los trancones, otros 974947937550436543 buses haciendo lo mismo, y tendrán así la respuesta a lo que se vive aquí. Es una mierda.
Sí, hay veces que uno está de buenas y el bus no va tan lleno; sí, hay veces que el trancón permanente es más "agil"; sin embargo nada de eso disculpa el hecho que esta ciudad es un caos. Transmilenio ayudó, hay que aceptarlo, pero fue como un "pañito de agua tibia". Aún nos falta mucho... muuuuuucho. Sí, dicen que nos quejamos mucho del transporte público, que seremos "chillones" porque nos toca coger bus en vez de carro, pero es que en lo que uno paga de un carro está incuido algo que se llama comodidad. Priceless! Sí, estará uno metido en un trancón gran parte del tiempo, pero está en su carro, cómodo, sin la "entrepierna"/codo/cabeza/extremidad de algún individuo en constante frotación y evitándose quién sabe qué más.